Felices quienes sienten los gozos, las alegrías, los éxitos y la felicidad de los demás como propia.

Felices quienes acompañan la soledad de los demás y la convierten en comunicación y cercanía.

Felices quienes denuncian y luchan contra el egoísmo como el principal enemigo del ser humano.

Felices quienes contemplan el dolor y cruzan la acera de la indiferencia para enfrentar el sufrimiento y el olvido.

Felices quienes revisan su vida y descubren que no han pensado en sí mismos cuando recuerdan sus momentos más felices.

Felices quienes enfrentan sin miedo el calor, el cansancio, el dolor, el abismo de las diferencias.

Felices quienes se ofrecen con generosidad y solidaridad a personas que no conocen,  sencillamente porque les necesitan.

Felices para quienes el compromiso que adquieren es una fiesta, la esencia y la piedra angular de su felicidad.