Bienaventuranzas de la Palabra de Dios

Bienaventuranzas de la Palabra de Dios

Felices quienes beben en las fuentes de la Palabra y de los acontecimientos cotidianos.

Felices quienes se dejan habitar por la íntima felicidad a la que les invita la Palabra.

Felices quienes anuncian la Palabra de Dios, renovada cada día, a tiempo y a destiempo.

Felices quienes leen, estudian y reflexionan la Palabra como un verdadero camino de liberación personal y social.

Felices quienes perciben que la Palabra recubre toda la epidermis y las entrañas de la historia de la humanidad.

Felices quienes escuchan los ecos de la Palabra en todas las culturas y religiones, en las mejores reivindicaciones del ser humano a lo largo de su historia.

Felices quienes se dejan transformar por la Palabra y reconducen su vida al compás del espíritu que les comunica.

Felices quienes guardan silencio ante tantas palabras, abandonan las palabras que no tienen valor, olvidan las palabras de odio o venganza, quienes viven más de hechos concretos que de palabras.

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