Cometas de sueños

Cometas de sueños
Cometas de sueños

Envían rayos que no cesan,

palabras tintadas de ira,

amenazas veladas o reales,

leyes que han costado lágrimas,

sangre y muerte, se deslizan

hacia las cloacas de la vesania.

Dicen que son cosas de locas feminazis,

que la violencia es un bulo,

que ya somos todos iguales,

que la cantidad de muertes son similares

entre uno y otro género,

que hay que volver a las viejas costumbres.

Todo resuena a tiempos

en apariencia idos,

a rancios sinsabores

que se han degustado durante demasiado tiempo

con los posos de la amargura

y el silencio del sollozo.

Pero aún existen muchas mujeres

que resisten a este frío invierno

con el calor de su pasión y su brío,

con pancartas que desenmascaran

los engaños, amenazas y patrañas,

y la pluralidad multicolor de sus cabellos.

Salen a las plazas, se reúnen para planificar

y reír al son de la música que llevan dentro,

bailan y cantan y caminan abrazadas,

con un solo corazón tan diverso

como sus rostros, sus vestidos y su pensamiento,

y alzan cometas de sueños para que las vuele el viento.

No portan el odio por bandera,

sí la rabia, la revuelta y el deseo de que todo cambie,

que se afiancen y avancen las conquistas

por la igualdad, la justicia, la dignidad,

tantas luchas de siglos y anhelos insatisfechos,

la esperanza de la dicha compartida en cada nuevo amanecer.  

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