Deseos para los jóvenes

Dicen que todo tiempo ido fue mejor.
No es bueno mirar hacia atrás
para relamernos en las mieles pasadas,
en los años de la plenitud y la levedad,
de la locura y la apariencia,
de la impaciencia y la búsqueda.

Pero permitidme regalaros de corazón
unos deseos
, frutos maduros
de alguien que confía,
(pese a quien le pese
y digan lo que digan),
en vosotros, los jóvenes.

Nuestro mundo es muy concreto:
llenaros de sabores, de olores,
de presencias cercanas,
de roces, besos y abrazos.
Está bien lo virtual para distraerse,
pero nunca lo confundáis
con la hermosa y dura realidad.

Bebed con intensidad cada instante,
cada mirada, cada palabra,
cada silencio, cada sonrisa, cada dolor.
Empaparos y daros de corazón
a los amigos, disfrutad al máximo
de su cariño y cercanía.

Cread vuestro propio ritmo,
vuestra propia música,
vuestro propio aspecto,
vuestro arte más propio.
Pero no olvidéis que ha habido también
música, arte, literatura, pintura,
cine, fotografía, antes de vosotros.

Aunque el mundo se os vuelva
en contra
, aunque os digan
que la juventud actual está perdida,
aunque no percibáis en estos momentos
con claridad el futuro,
no os dejéis engañar, no escuchéis
las frases dichas, no tengáis miedo,
luchad para construir un futuro mejor
para vosotros y para los demás.

Y dejar que os invada e ilumine
la luz de cada amanecer
,
ansiad descubrir todos los días
algo nuevo que os sorprenda.

Aprended en los libros, en internet,
en la calle, de la sabiduría
de los mayores y de los jóvenes,
de la historia que os ha precedido
y de la que acontece en estos momentos.

Porque no sois ni mejores
ni peores que nadie
.
No sois los primeros ni los últimos
que han pisado ésta, nuestra tierra.

Alimentad cada día la esperanza
en el portal de los sueños
,
renovad la alegría de sentiros
llenos y bailad la danza de la vida,
compartid lo que pensáis y sois,
haced un momento de silencio
para miraros y reconoceros por dentro,

hasta que descubráis
los tesoros insospechados
que anidan en vuestro interior

y que no os dejan encontrar y gozar
tantas cosas como os ofrecen y rodean,
tanto ruido como os aturde,
tanto egoísmo al que os invitan
y que no va con vosotros.

Llegad a ser, pues, vosotros mismos,
para sentir que vuestra vida
tiene sentido,
y proclamadlo a los cuatro vientos,
para ser auténticos
y derramar a vuestro alrededor
una lluvia de semillas de felicidad
.
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