No abandones

No abandones

No abandones.

Aunque te parezca que la noche no tiene fin,

aunque te abrume esta época sin abrazos,

aunque el aliento se hiele en tus entrañas,

aunque no veas florecer la primavera.

Porque tras la más profunda oscuridad

siempre apunta un nuevo día,

porque la eternidad se transparenta

en este instante único,

porque la mirada apasionada

deshace la nieve del alma,

porque los almendros derramarán

a su tiempo una fina lluvia de alegría.

No te desentiendas.

Aunque haya quienes se retiren a su guarida,

aunque algunos ideales se transformen en quimeras,

aunque la vibrante palabra se desvanezca en el aire,

aunque la perversión enlode la certidumbre.

Porque debemos seguir caminando

por el sendero de la compasión,

porque la utopía es la mesa compartida

que ofrece el pan de la ilusión y el vino del anhelo,

porque la conversación serena

siempre recrea las tardes de la amistad,

porque la integridad favorece

la corriente límpida de la confianza.

No abandones, no te desentiendas,

no te rindas, no renuncies.

Reaviva el ánimo con la fuerza del empeño.

Porque llegará a su tiempo

la brisa que acaricie tu semblante ya sin velos.

Porque pasearás por la orilla del mar

que tanto te seduce y anhelas.

Porque la luz del alba te deslumbrará

cada día con la promesa del encuentro.

Porque aún llevas las brasas dentro,

porque cada minuto es el inicio de un futuro

constelado de rostros, estrellas y sueños.

(Miguel Ángel Mesa Bouzas)

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