Un blanco manto

Un blanco manto

Un blanco manto de gélido silencio

se extiende por las aceras, los autobuses y los parques, 

mantiene estremecidos los temores y la incertidumbre,

dificulta el sendero de la conversación detenida.

Un blanco manto de umbrío invierno

ahoga los clamores, dificulta los encuentros,

aplaza el ardor de los abrazos,

sella la noche y sus amores diferidos.

Un blanco manto de miradas apagadas,

acallados clamores, suspiros y anhelos,

alfombra las calles, junto a las ramas desprendidas

de miles de árboles cercenados, heridos.

En medio de un blanco manto de pasos inciertos,

se abre un breve e insólito destello de luz

que comparte e ilumina la sal, la mirada y la lágrima,

quizá también una leve caricia insumisa.

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