El camino de la máxima confianza en la Divinidad,
para cumplir su voluntad y ser felices es este:
“Practicar la justicia, amar la misericordia
y caminar humildemente con tu Dios” (Miq 6,8).
Así será el Dios de la Vida nuestra delicia
y nos dará lo que nos pide nuestro corazón,
cuando es transparente y generoso,
si está descentrado de sí mismo.
Si el Misterio de Bondad es nuestro reposo y nuestra esperanza,
no nos importarán las personas de grandes fortunas,
ni los personajes famosos que salen en televisión,
ni las grandes estrellas del fútbol,
no envidiaremos a nadie de los que
triunfen en el mundo virtual.
Aunque parezca un contrasentido,
los humildes, los sencillos
y quienes se entregan a los demás con gratuidad
tienen la promesa de nuestra Madre de que poseerán la tierra,
su propia tierra interior.
Porque es mejor ser honrado e íntegro
con lo justo para poder vivir,
que ser una persona frívola y vacía,
aunque posea abultadas bancarias
y parezca muy popular.
Confía en la Ternura y su Justicia, sigue su camino
y alcanzarás la verdadera sabiduría,
la auténtica felicidad en la vida.