El latido de lo cotidiano

El latido de lo cotidiano
El latido de lo cotidiano

Mientras la taza de café humea en la mesa

y la hogaza de pan cruje al partirse,

afuera los gorriones me permiten contemplar su danza 

antes de despedirse.

Un perro ladra a la sombra,

la vecina me saluda desde la ventana de enfrente,

una nube se desplaza lenta

como si no quisiera perderse nuestro encuentro silente.

Las llaves cierran la puerta,

en la calle alguien me pregunta la hora aún temprana,

una tienda abre despacio el cierre 

mientras aspiro el olor inédito de una nueva mañana.

No hay milagro, nada sorprendente,

solo palpita el latido del mundo y del río de la vida,

que sigue su curso con su agua

impetuosa, sonora, transparente.

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