El manantial de las lágrimas

El manantial de las lágrimas

Fue la última gota que derramó

su inaudita y naciente altivez

y que enjugó el manantial de las lágrimas.

No volvió su mirada hacia aquel ser

insensible, desalmado.

El desprecio y la indiferencia conquistó

una nueva plaza al tiempo y su quebranto.

Un fulgor en la mirada despejó

un desconocido e incierto amanecer,

que dejó atrás la cárdena, encallecida

noche del silencio y el espanto,

que habitaron durante demasiado tiempo

las tinieblas de la calle Olvido.

Volver arriba