Nada procede de la nada

Nada procede de la nada

Nada procede de la nada

Las gemas brotan después de que la savia

haya fecundado la invernal rama.

La incandescente estrella surgió

de extensas nubes de gases y promesas.

Una mirada es la réplica apremiante

a la intangible señal de otra mirada.

El beso responde delicado o ardiente

a la demanda de la ternura o el deseo.

La ola conlleva el ferviente anhelo

del mar por reposar sobre la playa.

Tu sutil, cotidiana presencia en mi vida,

es fruto de una ofrenda compartida.

Cuando mis días regresen al manantial,

se revelará el fulgor de nuestro

inicial, breve e indeleble encuentro.

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