Doble check azul

Hace unas semanas los medios de comunicación dedicaron amplio espacio a informar sobre la introducción en WhatsApp, el famoso servicio gratuito de mensajería para móviles, del llamado “doble check azul”. Como la mayoría de los lectores sabrá, un check (o sea,"v") significa que de un teléfono ha salido enviado un mensaje; el doble check, que el móvil del destinatario lo ha recibido; y el doble check de color azul, que el destinatario del mensaje lo ha abierto y lo ha visto o leído.
Muchos se han quejado de esta novedad porque contribuye a un mayor control de unos a otros. Hay casos de adolescentes que de ese modo controlan obsesivamente a sus parejas o amistades: “Dices que no recibiste mi mensaje, pero es mentira, porque lo recibiste y lo leíste a tal hora…”. “¿Qué hacías despierta a tal hora la otra noche? Vi que leías mi mensaje a las 4:00 h.? ¿Con quién estabas y por qué contestaste…?”
Se dice que estamos construyendo una “sociedad de la transparencia”, en que todo se divulga y se da a conocer: así lo afirma, por ejemplo, el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han; pero quizá sea lo contrario: damos por supuesto que nos mentimos unos a otros y necesitamos, por ello, asegurarnos de lo que nos dicen, especialmente cuando incrementamos la comunicación a distancia (mensajes de móvil, correos electrónicos, etc.) y disminuimos la comunicación cara a cara, la de mirarse a los ojos y de persona apersona, sin aparatos interpuestos. Así que puede que, después de todo, la nuestra sea más bien una sociedad de la desconfianza, en que la palabra de las demás personas, incluso las que nos son más queridas, pierde su valor: “Puede que me esté mintiendo o engañando, porque yo también lo hago de vez en cuando…”
Andamos lejos del ideal que pedía Jesús de Nazaret a sus seguidores: “No juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies… Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno” (Mateo 5,35-37). “Que vuestro sí sea sí, y el no, no” (Carta de Santiago 5,12).
Es un gran reto social y educativo: recuperar la confianza para poder convivir de modo más saludable y constructivo.
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