Educando en el mundo musulmán.


Peter Zago es salesiano y director de la obra salesiana de Quetta, en Pakistán. Cuando el terremoto que asoló el norte del país, y sacudió nuestro espíritu y conciencias, organizó, con el salesiano español Miguel Ángel Ruiz, equipos de ayuda que levantaron campamentos para los afectados. Los equipos estaban formados por profesores y jóvenes de los centros de formación profesional que los salesianos tienen en aquel país.
El padre Zago ha pasado por Berlín y Viena contando su experiencia y cómo están desarrollando la labor educativa en un ambiente mayoritariamente musulmán. La Agencia Salesiana de Información (ANS) ha difundido algunas de sus intervenciones en las que habla, además, de la situación creada por la crisis de las viñetas sobre Mahoma y del sentido de las presencias cristianas en países musulmanes.

Dice Peter Zago que "nuestra presencia en Pakistán no es nada fácil, porque somos una minoría con frecuencia marginada. Pero los Salesianos, ricos en el espíritu de familia, en la pasión por los pobres y los jóvenes Don Bosco nos ha transmitido, guiados por el Sistema Preventivo fundado en la razón, la religión y amor, somos apreciados, yo diría que hasta amados, por muchos jóvenes con los cuales tratamos, tanto cristianos como musulmanes. Podamos palpar su humanidad cuando nos preocupamos de sus necesidades, sobre todo cuando les amamos tal como son".

"Durante el desarrollo del programa de intervención en favor de las víctimas del terremoto, que todavía continúa, somos conscientes que no sólo los cristianos somos bien acogidos por los musulmanes a los que ayudamos, sino que somos apreciados por las autoridades civiles y militares por la dedicación y el espíritu de sacrificio de nuestros jóvenes estudiantes por su trabajo de ayuda totalmente voluntario".



"Estamos convencidos, después de siete años de experiencia en las presencias de Quetta y Lahore, que cuando nos acercamos a la juventud, cristiana y musulmana, con amor, respeto y preocupación por sus necesidades humanas como Cristo nos ha enseñado - "Tuve hambre,... tuve sed..." - y les acompañamos en su crecimiento humano con el sistema educativo de Don Bosco, no existe ninguna duda que tenemos muchas posibilidades para construir puentes de diálogo y de paz".

Para este salesiano "la educación del corazón marca la diferencia y ayuda a la gente a superar las dificultades causadas por la pobreza y por la ignorancia, ayuda a eliminar los equívocos entre las distintas religiones y a promover el diálogo”.
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