Generaciones x, y, z... selfie

Generaciones

Dos libros recientes hacen un retrato sociológico de los jóvenes de hoy: Generación Y (José Mª Bautista)se titula uno; Generación selfie (Juan Mª González-Anleo), el otro.

Estos rótulos generacionales vienen ya de lejos. En los países anglosajones se denominó Generación Baby boomer a los nacidos durante el “baby-boom” posterior a la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1965.
El novelista canadiense Douglas Coupland, con su novela Generación X (1991), “bautizó” a

los nacidos entre 1965 y 1980 (algunos en España la denominan Generación Nocilla).
La Generación Y, también conocida como Generación de los Millennials, ha nacido entre 1980 y los comienzos de la década de 2000. También se ha hablado de Generación Einstein, Generación MTV, etc.

Algunos de estos ensayos suelen citar estas palabras de Sócrates para decir que las nuevas generaciones juveniles siempre escandalizan a las anteriores: “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros. Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros”.

Más sensato me parece el filósofo Ortega y Gasset cuando escribió: “La generación es un fantasma, un concepto arbitrario que no representa una realidad, que antes bien, si lo usamos, tapa y deforma la realidad… El hecho más elemental de la vida humana es que unos hombres mueren y otros nacen —que las vidas se suceden—. Toda vida humana, por su esencia misma, está encajada entre otras vidas anteriores y otras posteriores. Pues bien, en ese hecho, el más elemental, fundo la necesidad ineludible de los cambios en la estructura del mundo… No está dicho, sin más ni más, que el joven de hoy —esto es, su alma y su cuerpo— es distinto del de ayer; pero es irremediable que su vida es de armazón diferente que la de ayer” (Ortega y Gasset).

Cada generación tiene su tiempo y su tarea. Los sociólogos hacen bien su trabajo, pero los árboles a veces nos pueden impedir ver el bosque.

Don Bosco, por ejemplo, se fijó más en el joven concreto que en las generaciones de jóvenes.

Por cierto, y para acabar, algo que les extrañará: ¿Saben que esa famosísima cita de Sócrates es falsa?
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