¿También vosotros queréis marcharos?

Domingo 26 de agosto

Comentario al Evangelio: Jn 6,60-69

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

COMENTARIO
Cerramos este ciclo de lecturas sobre el Pan de Vida constatando que no es fácil seguir a Jesús. Te engaña quien te diga que es un “camino de rosas” y “coser y cantar”. Al terminar de hablar Jesús, muchos dicen: “Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?” De hecho, “muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él”. Por cierto, si estás en un grupo de fe o eres catequista o animador, deberías pensar que, si a Jesus le pasó eso (muchos lo van dejando), no debe extrañarnos tanto que nos pase a nosotros.
Ahora bien, la vida humana consiste en elegir. Y el Dios de la Biblia nos respeta en eso totalmente. En la primera lectura, Josué lo plantea al pueblo con claridad: “Elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor”. Aquí hay una idea muy importante en la tradición bíblica: los humanos estamos hechos para creer en algo o en alguien. El que deja a Dios, lo más seguro es que sirva a otros dioses o ídolos que serán peores. El escritor inglés Chesterton lo expresó con una frase muy citada (y creo que acertada): “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa".
Jesús pide a los Doce que elijan: “¿También vosotros queréis marcharos?” Y se nos presenta la elección de Pedro: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. Pedro parece coincidir con Chesterton: “Pero, ¿cómo vamos a dejarte y seguir a alguien que nos ofrezca un camino fácil, pero vacío o superficial?”. Pedro se equivocará después varias veces, negará a Jesús…, pero –reconociendo sus fallos– nunca se arrepentirá de haber elegido a Jesús. Por cierto, no hay que olvidar que dudar eternamente y no elegir… ya es una elección. Seguramente es la peor.

PARA REFLEXIONAR.-¿Por qué elegiste un día a Jesús? ¿Qué etapas has ido viviendo en ese proceso?
- ¿Has experimentado ya que seguir a Jesús “es duro y tiene dificultades”? ¿Cómo reaccionas en ese caso?
Volver arriba