Anglicanos que vuelven... 2 - Y el indulto Agatha Christie ®

(Este artículo complementa el que publiqué, el verano de 2008, en minutodigital.com)


Pocos saben que Agatha Christie, la escritora más leída en el mundo, colaboró de singular manera en la defensa de la Misa católica antigua, tradicional. En efecto, la gran novelista, junto a otros nombres no tan famosos y en bastantes casos de mayor mérito, dirigió a Pablo VI una carta suplicando el indulto que evitara su desaparición. Sus firmantes eran figuras señeras de la cultura inglesa, a los que se añadieron otros de distintas nacionalidades.

Llama la atención que, en 1971, tal diversidad de personajes se uniera contra la amenaza de echar a la basura un rito, tradicional lo citan ellos, de la Iglesia Católica. Un rito que, según confirma su contraste con el moderno, lleva a Dios más que ninguna otra forma de culto. Hablando de anglicanos puede ser botón de muestra el actor Sir Alec Guinness que comentó con Pío XII convertirse al catolicismo por el impacto sobrenatural que recibía de aquella Misa.

Digno de análisis, o psicoanálisis, resulta el empeño en zafarse del hecho histórico y error garrafal. Al obtuso modernismo - "fastidiaos que voy a presidio" - no le basta ya comprobar la pérdida de fe y la indiferencia general hacia el precepto, que en la vieja Europa apenas cumple un 7,6% de la población. (Sólo Dios sabe qué será de este ejército de ciegos de zurda ideología, que metidos en la historia resultan irrelevantes en una institución, la Iglesia, que es yunque que ha roto ya muchos martillos.)

Mas, si por un lado tenemos estadísticas de muerte, por otro aparecen signos de esperanza como el Summorum Pontificum reforzado hace unas semanas por S.S. Benedicto XVI. O la vuelta de los anglicanos, coincidentemente los de Inglaterra y Pais de Gales que fueron los beneficiarios del indulto en cuestión. O el crecimiento en todo el mundo de la organización sacerdotal del Arzobispo Marcel Lefebvre. Realidades que hacen de la Misa antigua, por lo que representa, tabla de náufragos y clave de la evangelización querida por el Papa.

Más que urgente para esa gran eclosión de fieles que, procedentes de África, acuden a la Iglesia naturalmente atraidos por Cristo. Para ellos, voces de obispos y de santos misioneros claman contra las celebraciones litúrgicas modernas que no valen para alimentar la fe sino que excitan un animismo tribal, "bautizado", sí, pero por el afán del número que muchas veces se sobrepone a conversiones deficientes.

La gracia de la carta en cuestión radica en su defensa del culto católico por excelencia. No se refiere, en absoluto, al Novus Ordo sino a la "forma estraordinaria" de un mismo rito"; rebuscada calificación para que el Nuevo parasite los méritos del tradicional. Tan tradicional que en esencia es el mismo que Cristo, Dios encarnado, instituyó. Semejante al de "nuestro Patriarca Abrahán" y memoria del que ofreciera el "Sumo Sacerdote Melquisedec" - con trigo y vino - en cuanto que "sacrificio santo y hostia inmaculada".

Estamos hablando en esencia del mismo Canon litúrgico que el arrianismo quiso erradicar y no lo consiguió en siglos, ni con el respaldo de la fuerza de sus secuaces en el poder ni con la indulgencia del papa. Estamos hablando de la Misa que no abandonaron San Ambrosio o San Agustín. De aquella misma por la que luchó denodadamente, con cárcel y amenazas de muerte, San Atanasio, el Grande. Hablamos del Rito tradicional por derecho, adjetivo que no puede aplicarse al Novus Ordo. Estamos hablando de la Misa de Trento; esto es, de la Misa codificada por San Pío V, aquel papa glorioso por tantas razones, entre ellas la victoria en Lepanto.

Y, a mayor abundancia de méritos, hablamos de la misa que ahora se subraya como "la nunca prohibida...". Sí, está muy bien dicho que la Misa tradicional nunca fue prohibida... por derecho. Mas, lo que no se podía por Ley se impuso por abuso de poder. ¿Es que nadie se acuerda de aquellos años posconciliares convertidos en décadas?

La memoria de quienes los vivimos marca que fue realmente proscrita, vilipendiada y sus sacerdotes coaccionados, removidos o mortificados. Se la ultrajó como "símbolo fascista" (¿!) burlando el anatema que la protegía, en desprecio al derecho de los fieles y por la cobardía, esto sobre todo, propia de un clero más pendiente de hacia dónde soplan los vientos que leal a la obediencia jurada a Nuestro Señor Jesucristo; por quien los reyes reinan, por quien los papas son papas. Jesús, fin último de toda lealtad y de toda obediencia.

Seguidamente destaquemos por qué Pablo VI concedió el Indulto solicitado.

La carta le fue entregada en octubre de 1971 por el Primado de Inglaterra, Mons. John C. Heenan, que también la avalaba. Terminada su lectura el Papa echó una mirada a los nombres de sus remitentes, más de ochenta de la cultura del siglo XX. Uno de los primeros era el de la creadora de Hércules Poirot. Al verlo, Pablo VI exclamó: «¡Ah, Agatha Christie...!» Y sin seguir sobre el resto de nombres, asintió y dio curso al indulto.

Ahora, la carta. Léanla con pausa. (Negritas y paréntesis son míos)

"Si algún decreto insensato llegase a ordenar la destrucción total o parcial de las basílicas o las catedrales, obviamente serían las personas beneficiadas por la cultura - cualesquiera fuesen sus creencias personales -, quienes se alzarían horrorizadas en oposición a una tal posibilidad. Ahora bien, el hecho es que las basílicas y las catedrales fueron construidas para celebrar un rito que, hasta hace unos meses, constituía una tradición guardada y en uso". (En inglés 'living' significa "keeping alive": guardado vivo, actual.) "Nos referimos a la Misa Romana Tradicional."

"De acuerdo a las últimas informaciones provenientes de Roma, existe un plan para hacer desaparecer dicha Misa hacia fines del año en curso." (¡Anda! Aquí se confirma el atropello sufrido por la “nunca prohibida”. ¿Cómo pretende nadie creamos que no se prohibió por deseo en lugar de por imposibilidad canónica?) "Uno de los axiomas de la publicidad contemporánea, tanto religiosa como secular, es que el hombre moderno en general, y los intelectuales en particular, se han vuelto intolerantes a toda forma de tradición y están ansiosos por suprimirlas y poner alguna otra cosa en su lugar."

"Pero, como muchas otras afirmaciones de nuestras máquinas publicitarias, este axioma es falso. Hoy, como en los tiempos pasados, las personas instruidas están a la vanguardia allí donde es necesario el reconocimiento del valor de la tradición, y son las primeras en dar la voz de alarma cuando ella es amenazada." (Aquí, "educated people" no significa exactamente "gente culta" o refinada sino, mejor, madura, instruida, universitaria.) "No estamos considerando en este momento la experiencia religiosa o espiritual de millones de individuos. El rito en cuestión, en su magnífico texto latino, ha inspirado una pléyade de logros artísticos invalorables, no sólo obras místicas sino la de poetas, filósofos, músicos, arquitectos, pintores y escultores de todos los países y épocas. De este modo pues, el Rito pertenece a la cultura universal, tanto como a los hombres de Iglesia y a los cristianos formales." (Es decir, que "cultura" proviene de "culto" y, éste, cuando es para agradar a Dios y no para gustar a los hombres, estimula el elevarnos sobre nosotros mismos.)

"En la civilización materialista y tecnocrática de hoy con su creciente amenaza para la mente y el espíritu en su expresión creativa original -la palabra- parece especialmente inhumano privar al hombre de formas de expresión que han alcanzado su más excelsa manifestación." (¿Inhumano un fruto del Humanismo Integral?) "Los firmantes de este pedido, que es completamente ecuménico y apolítico, procedentes de cada una de las ramas de la cultura europea y de otras partes, quieren llamar la atención de la Santa Sede sobre la apabullante responsabilidad en la que incurriría en la historia del espíritu humano si se negara a permitir la subsistencia de la Misa Tradicional, incluso aunque esta subsistencia tuviera lugar junto con otras formas litúrgicas." (Admirable perfil profético muestran los firmantes al temer la estratagema de "las dos formas de un mismo rito".)

Los firmantes fueron:

Harold Acton (escritor), Vladimir Ashkenazy (pianista), John Bayler, Agatha Christie (novelista), Sir Lennox Berkeley (compositor), Maurice Bowra (académico), Kenneth Clark (escritor e historiador), Nevill Coghill (escritor), Cyril Connolly (crítico literario y escritor), Sir Colin Davis (director sinfónico), Hugh Delargy (politico irlandés Partido Laborista), Robert Exeter, Miles Fitzalan-Howard (17º Duque de Norfolk), Constantine Fitzgibbon (historiador y novelista), William Glock (crítico musical), Magdalen Gofflin, Robert Graves (poeta y novelista), Graham Greene (escritor), Ian Greenless, Joseph Grimond (politico ingles Partido Liberal), Harman Grisewood (escritor), Colin Hardie, Rupert Hart-Davis (editor), Barbara Hepworth (escultora), Auberon Herbert (filósofo y miembro del Parlamento), John Jolliffe (músico), David Jones, Osbert Lancaster (caricaturista), F.R. Leavis (crítico literario), Cecil Day Lewis (poeta), Compton Mackenzie (escritor nacionalista escocés), George Malcolm (director sinfónico), Sir Max Mallowan (arqueólogo y marido de Agatha Christie), Alfred Marnau, Yehudi Menuhin (violinista y director sinfónico americano), Nancy Mitford (novelista), Raymond Mortimer (escritor y crítico literario), Malcolm Muggeridge (periodista), Iris Murdoch (escritor y filósofo irlandés), John Murray (jesuita estadounidense teólogo e intelectual), Sean O'Faolain (escritor irlandés), E.J. Oliver (escritor inglés), Lord Oxfordand Asquith, William Plomer (escritor sudafricano), Kathleen Raine (poetisa), Baron William Rees-Mogg (periodista y escritor), Sir Ralph Richardson (actor), John Ripon, Charles Russell, Rivers Scott, Joan Sutherland (soprano australiana), Philip Toynbee (escritor y periodista), Martin Turnell, Bernard Wall, Sir Patrick Wall (militar y miembro del Parlamento), Edward Ingram Watkin (escritor y político pacifista), R.C. Zaehner (académico), Jorge Luis Borges (escritor argentino), Giorgio De Chirico (pintor pre-surrealista griego), Elena Croce (escritora y traductora), Wystan Hugh Auden (poeta anglo-americano), Bresson Dreyer, Augusto Del Noce (filósofo y político italiano), Julien Green (escritor americano), Jacques Maritain (filósofo francés), Eugenio Montale (poeta italiano), Cristina Campo (Vittoria Guerrini: escritora y poetisa), François Mauriac (Premio Nobel de Literatura), Salvatore Cuasimodo (escritor italiano), Evelyn Waugh (escritor), Maria Zambrano (ensayista y filósofa española), Elémire Zolla (filósofo, ensayista y crítico), Gabriel Marcel (filósofo francés), Salvador De Madariaga (diplomático e historiador español), Gianfranco Contini (crítico literario y filólogo italiano), Giacomo Devoto (lingüista italiano), Giovanni Macchia (crítico literario), Massimo Pallottino (arqueólogo italiano), Ettore Paratore (latinista italiano), Giorgio Basan (escritor italiano), Mario Luzi (senador italiano), Guido Piovene (escritor y periodista italiano), Andrés Segovia (músico español).

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Fotografías.- Arriba: Sello editado en Inglaterra en homenaje a Agatha Christie. Abajo: Misa de Rito Extraordinario en la Catedral Primada de México, 31 diciembre 2009.

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Notas

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