Alubiada en Cuaresma

Nunca una alubiada ha tenido tanto protagonismo como la celebrada en una entidad social de Bilbao con 180 años de historia, en el comienzo de esta Cuaresma.  Un comentario inocente sobre cómo guardar el ayuno y sobre todo la abstinencia del viernes en esta comida popular con sus tradicionales “sacramentos” -que así se llaman popularmente los complementos del chorizo, morcilla, tocino o costilla- y la respuesta inocente y honesta del obispo de Bilbao, en el sentido de otorgarles una dispensa a cambio de lagunas de las prácticas recomendadas en estos casos por la Iglesia como sustituto de la abstinencia de carnes, a elección de los fieles. 

Joseba Segura no hizo otra cosa que trasladar la normativa vigente de la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española, recogida en la Nota sobre el modo de observar el ayuno y la abstinencia. El revuelo posterior en algunos medios de comunicación, no deja de ser una desproporción más cercana al amarillismo periodístico que a la noticia. Sobre todo porque los que no están duchos en la materia, y no saben de las normas en vigor, les ha podido parecer una ligereza del prelado al leer o escuchar la noticia, en lugar de una indicación perfectamente institucional a tenor de la redacción de dicha nota, en la que se contempla para los viernes de Cuaresma “la legítima dispensa”.

El problema es otro. Dicha Nota de la Conferencia Episcopal Española (CEE), data del 6 de febrero de 1986 y su contenido está desfasado hasta el punto de que las alternativas al ayuno que contempla, a modo de recomendaciones, son las siguientes: “lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la Santa Misa, rezo del rosario, etc.) y mortificaciones corporales”.

El error del obispo, en mi opinión, ha sido trasladar a dicha institución bilbaina la literalidad de las recomendaciones en su nota episcopal de dispensa, incluyendo las mortificaciones corporales, por tanto estando él de acuerdo con ellas. ¿Qué mensaje cristiano podemos propalar a la sociedad manteniendo la recomendación de estas prácticas? ¿Qué teología y pastoral son estas?  ¿Está al mismo nivel cristiano las visitas a los enfermos o atribulados que las mortificaciones corporales? ¿Cómo es posible que no exista una revisión de textos oficiales para actualizar la Buena Noticia desde las disposiciones institucionales de la Iglesia?

¿No es más cristiano en Cuaresma especialmente, revisar nuestras actitudes para desbastar muestreas actitudes miserables y crecer por dentro para ser luz y sal en nuestra sociedad? Porque de lo contrario, no es posible hablar de conversión, de mejora, de evangelización a nuestro alrededor. Está circulando en estos días cuaresmales un texto atribuido al Papa Francisco que muestra claramente donde está la verdadera penitencia cuaresmal para madurar en cristiano. Lo anexo, porque no tiene desperdicio. Se titula El mejor ayuno:

Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.

Ayuna de descontentos y llénate de gratitud.

Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y paciencia.

Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo.

Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios.

Ayuna de quejarte y llénate de cosas sencillas de la vida.

Ayuna de presiones y llénate de oración

Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría del corazón.

Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás.

Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación.

Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchas a otros.

Si todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará de PAZ, CONFIANZA, ALEGRÍA, VIDA

Si nos ponemos en serio a trabajar estos difíciles ayunos, las alubiadas en viernes de Cuaresma no serían un problema ni tampoco noticia; sería irrelevante sustituir el precepto anacrónico de la CEE con una nota episcopal como la del obispo de Bilbao, o esquivar fraudulentamente la prohibición de comer carne con una estupenda merluza de pincho. Y quizá los periodistas que buscan sensacionalismo, se enterarían de que la noticia en torno a la Cuaresma católica es otra.

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