HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER
Oración inspirada en las lecturas del domingo 5.10.2025. TIEMPO ORDINARIO 27. CICLO C
| Carmelo Ampelio
Hemos hecho lo que teníamos que hacer
Bienaventurados los que viven claramente día a día que el ser humano, todo ser humano, es imagen de Dios.
Bienaventurados los que son plenamente conscientes de que el misterio del hombre se aclara en el misterio de Cristo.
Bienaventurados los que defienden de palabra y de obra que la dignidad humana está por encima de cualquier otra instancia, sea la utilidad, sea el monetarismo, sea la ideología, sea el egoísmo.
Bienaventurados los que son misericordiosos y empáticos en medio de la selva de la ciudad en que vivimos.
Bienaventurados los que aportan en su vida cotidiana semillas para una sociedad más justa, más pacífica, más humana.
Bienaventurados los que buscan la verdad y el bien con su presencia, sus acciones, sus palabras y sus silencios.
Bienaventurados los que tienen sensibilidad ante la belleza, el arte, la delicadeza en medio de tanta vulgaridad impune que nos atosiga.
Bienaventurados los que saben silenciarse, los que saben interiorizarse, los que saben contemplar en medio de tanto ruido que nos aturde.
Bienaventurados los que buscan superar barreras étnicas, sociales… todas tan circunstanciales y superficiales.
Bienaventurados los que aportan esperanza lúcida en medio de la desesperanza y el nihilismo que nos corroen.
Bienaventurados los que hablan de paz y de justicia, los que actúan como seres pacíficos y justos en medio de tanto cinismo y barbarie que nos daña.
Bienaventurados los que intentan ser humildemente virtuosos en lo cotidiano en medio de tanta soberbia y prepotencia que nos maltrata la sensibilidad.
Bienaventurados los que buscan la participación, la cooperación el diálogo ante tanta violencia de palabra y de obra que nos vulnera en lo mejor de los seres humanos.
Bienaventurados los que viven el verbo cuidar en todas las acepciones posibles.
Bienaventurados los que cultivan su interioridad en medio de tanto ruidos, de tantas estridencias, de tantas emocionalidades.
Bienaventurados los que realizan la hospitalidad en medio de tantas fobias, de tantos rechazos, de tantas barreras mentales y emocionales.
Bienaventurados los que escuchan con paciencia a las personas.
Bienaventurados los que se focalizan en el reino, en los detalles del reino, en las semillas del reino que siembran los que son como niños.
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Oraciones inspiradas en las lecturas del domingo.