Publicada por Lid, para contrarrestar el desierto neuronal en el que muchos se debaten Entrevista a Aristóteles

Entrevista a Aristóteles
Entrevista a Aristóteles

"En épocas complejas como la actual muchas personas sobreviven zarandeadas por la frivolidad o sumergidas en el desasosiego de una amargura desprovista de brújula"

"Para contrarrestar el desierto neuronal en el que muchos se debaten ha surgido Entrevista a Aristóteles"

"Quienes anhelen salir del muladar de patéticas bullas en el que algunos han convertido la política pueden acudir a Aristóteles para sanear sus mentes. Aristóteles no soslayó ninguna cuestión por profunda o desafiante que fuera y lo hizo con rigor filosófico y sentido común"

"Entrevista a Aristóteles tiene como propósito fungir de chisquero para iluminar el magín de quienes no se contentan con un barniz de erudición para actuar de tarabillas, sino que apetecen fundar de forma especulativamente sólida su existencia"

En épocas complejas como la actual muchas personas sobreviven zarandeadas por la frivolidad o sumergidas en el desasosiego de una amargura desprovista de brújula. En cualquier caso, con carencia de anclajes. Encontrar asideros no resulta andadero. Entre los diferentes instrumentos con los que contamos para salir de esa indigencia de raíces se cuenta acudir a los clásicos. Para contrarrestar el desierto neuronal en el que muchos se debaten ha surgido Entrevista a Aristóteles.

Todo lo que vivimos, con los pertinentes matices, ha sido ya experimentado. Hace escasas fechas, durante un seminario para el comité de dirección de una gigantesca multinacional norteamericana, les detallaba que en las organizaciones se produce siempre un efecto cascada. Si el máximo responsable es alguien preparado en lo profesional y en lo personal, aquellas sanas características tenderán a impregnar al equipo. Por el contrario, si un psicópata se apropia del timón, se rodeará a su vez de desequilibrados que acaban dañando gravemente a aquel grupo humano. Este fenómeno funciona en el entorno privado, en el público y, como tenemos lamentable ocasión de verificar en diversos países, también en el político.

Filosofos
Filosofos

Aristóteles (384-322 a.C.) es uno de los tres miembros de una ancestral terna de los mejores pensadores de la humanidad. Los otros dos serían Hegel (1770-1831) y santo Tomás de Aquino (1225-1274). Ninguno de los tres es frívolamente digerible, con más motivo en sociedades más acostumbradas a despachar tweets que a dedicar horas al estudio. ¡No son carcamales que merezcan ser remitidos al depósito de un museo! Su pensamiento es radicalmente actual y conocerlo frenaría que muchos se dieran batacazos existenciales.

Hace años me marqué como uno de mis objetivos democratizar las aportaciones de estos tres grandes. Me he centrado particularmente en el aquinate y en el estagirita, como son conocidos por el lugar donde campearon sus primeros años el napolitano Tomás y el griego Aristóteles. He hollado repetidamente la tierra que ellos trotaron, contemplado los paisajes que tuvieron ante sus ojos y dedicado innumerables horas a desentrañar sus recónditas especulaciones.

Hace dos décadas entregué a la imprenta una nueva versión de Ética a Nicómaco, obra esencial para entender al metafísico heleno. Diez años más tarde, volví a revisar aquel trabajo y añadí para LID Editorial una prolongada introducción para desgranar más aun las profundas reflexiones allí planteadas.

En ocasiones, personas a las que he sugerido conocer en directo a Aristóteles me han manifestado la dificultad de hincarle el diente. Este es el motivo por el que me venía rondando la idea de proporcionar un acceso aún más asimilable, soslayando esos sinsabores.

Quienes anhelen salir del muladar de patéticas bullas en el que algunos han convertido la política pueden acudir a Aristóteles para sanear sus mentes. Fue él quien aseguró que la política puede ser la profesión más sublime, cuando se orienta al servicio de los ciudadanos, o la más inmunda cuando quienes a ella se dedican son insulsos pasmarotes ávidos del aplauso público, de vuelos privados y caudales inmerecidos. Sin que falten los insidiosos palmeros de estómagos agradecidos.

Aristóteles

En medio de la valetudinaria batahola intelectual en la que muchas mentes han quedado azoradas, Aristóteles es una corriente de aire fresco rezumante de sabiduría que permite distanciarse de quienes solo pueden mostrar un rimero de ignorancias. Camufladas con patológica matraca por sus ofuscaciones rijosas. Quien opte por permanecer encuevado y renegrido como un pasmarote ante las redes sociales no entenderá al estagirita.

Conceptos esenciales como el amor, el trabajo, la amistad, la gestión de los medios económicos, los hijos, los ancestros, la comprensión de la sexualidad, el más allá, las obligaciones para la sociedad y tantos otros pasan ante nuestra vista. Aristóteles no soslayó ninguna cuestión por profunda o desafiante que fuera y lo hizo con rigor filosófico y sentido común.

Entrevista a Aristóteles tiene como propósito fungir de chisquero para iluminar el magín de quienes no se contentan con un barniz de erudición para actuar de tarabillas, sino que apetecen fundar de forma especulativamente sólida su existencia.

Entrevista a Aristóteles
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