Católicos/as LGTBIQ+ en Costa Rica "Espacio seguro" para la diversidad sexual en la Iglesia

Un grupo que nace para gestar espacios inclusivos en la iglesia católica costarricense

Biblia y diversidad
Biblia y diversidad

En una región como América Latina, convulsa por tensiones políticas y donde persiste la desigualdad más escandalosa del planeta, gestar encuentros inclusivos es todo un reto. Lo es, más aún, cuando hablamos de diversidad sexual pues aún existen persecuciones contra cualquier realidad que se aparte de lo "establecido". No obstante, cuando concretamos promover espacios para el encuentro y la visibilización de personas LGTBIQ+ en una atmósfera religiosa el reto es aún mayor.

Producto de esta inquietud, un grupo de jóvenes, pertenecientes a la iglesia católica costarricense, ha asumido la tarea de fomentar encuentros de intercambio y de espiritualidad para las personas LGTBIQ+ que siguen formando parte de grupos eclesiales o que tienen una activa vida de fe. No quisiera entrar acá en el debate, más profundo por cierto, de si se han dado "signos de discriminación injusta" en la iglesia o si persisten aún (cf. CEC 2358). Ya he abordado esto en otras discusiones y el lastre histórico es difícil de sacudir. Me parece que este es el momento para subrayar la valentía de personas que, sintiéndose parte de la Iglesia, quieren hacerse visibles y evidenciar que "[...] es posible una vida en relación con Dios de la mano con la diversidad sexual" [1]. Dicho de otro modo, la condición sexual de una persona no es impedimento para sentirse acogido/a y amado/a por el Dios de Jesús.

Señalo, de entrada y a modo de ex-cursus, que la falaz distinción entre "pecador" y "pecado" en este caso, parte del prejuicio que tacha de "pecaminosa" una condición que ninguna persona ha decidido vivir. En una realidad que se descubre en el proceso de desarrollo infantil y/o adolescente, no existe ni conocimiento pleno ni libre voluntad (cf. S. Th. I-II, q. 6, a. 1) como para considerar "pecado" una orientación sexual que, evidentemente, nadie elige. Nadie optaría "hacerse" gay, lesbiana, trans, queer en general, en una sociedad donde se es víctima de burlas y ofensas producto de una concepción frágil de la "masculinidad", o en un contexto eclesial donde se es estigmatizado a diario. Menos aún pasaría en un país donde una agresión puede llegar hasta el punto del asesinato, simplemente por el hecho de ser quien se es. Tal vez por eso, desde el análisis de la tradición eclesial y del concepto de "ley natural" en el tomismo, fray Adriano Oliva, OP, miembro de la Comisión Leonina que edita las obras de Santo Tomás de Aquino, ha llegado a una conclusión: debe haber un cambio magisterial en lo concerniente al tema de la homosexualidad. Sabiendo que lo connatural de una realidad fundada en el amor a otra persona es el bien más excelso, para el aquinate, la licitud y la finalidad de dicho acto no puede ser condenado contra natura sino "conforme a la naturaleza" [2]. El autor asesta un golpe fatal a la hermenéutica de aquellos que se amparan en la filosofía escolástica y en la "Tradición" para justificar sus condenas. Recuerde el amable lector que la Tradición eclesial, en el catolicismo romano, delinea las coordenadas para el análisis bíblico al tiempo que la Escritura debe ser leída en su contexto cultural originario [3].

No pretendo acá esbozar elementos teológicos de fondo pero, en estas discusiones, es casi inevitable. Lo que sí quisiera es destacar la importancia de los "espacios seguros" en la iglesia. Es más, quisiera concebir la iglesia como "espacio seguro" para todos/as sus hijos/as. Pensar la Iglesia como ese lugar donde nadie deba sentir temor de hablar o expresarse, sabiéndose amado y aceptado en su realidad. Solo asumiendo este reto desafiante puede la Iglesia realizar su vocación como "cuerpo real de Cristo" [4] y, así, identificarse con todos/as, especialmente con los más vulnerables. Pues bien, en una iniciativa laical y a la luz de la visibilización que planteó el documental "Casa Abierta", nació este grupo de inclusión que busca superar los prejuicios religiosos, étnicos y culturales. No se trata de un grupo que sustituya la participación en alguna pastoral específica en la parroquias, tampoco de un espacio de citas o dates, menos aún un lugar que juzgue personas o imponga un estilo en la vivencia de la sexualidad, tampoco un lugar donde queden expuestas personas -sin que este sea su deseo y por respeto a su propio proceso- frente a familiares y amigos. De ninguna forma sería una "agenda gay" dentro de la Iglesia porque la única finalidad es crear redes de apoyo, no siempre explícitas en las iglesias, para personas que quieran vivir su fe abiertamente sin recibir juicios acerca de su sexualidad.

Los encuentros iniciaron en 2019, primero en Heredia, luego en la sede de la Universidad Bíblica Latinoamericana. Últimamente, ante la crisis sanitaria, las reuniones han continuado con regularidad por distintas plataformas digitales. La dinámica de las reuniones quincenales gira en torno a la presentación de los/as participantes, la lectura bíblica y la oración. Aunque también se pretende, cada cuatro encuentros, tener espacios recreativos para variar la rutina y promover la integración. Si alguna persona se siente interesada en participar, o conoce a alguien que podría estarlo, puede ingresar a la página de Facebook o al perfil de Instagram de Espacio Seguro Católico - Costa Rica y así recibir información de los próximos encuentros. 

"Las iglesias deben tener siempre las puertas abiertas porque esto es símbolo de lo que es una iglesia, siempre abierta [...]" [5]. Este es el reto lazando por el papa Francisco y queremos asumirlo sin miedos, desde la "catolicidad", es decir, desde la universalidad que este entraña. Es así como buscamos realizar el proyecto de inclusión del Reino de Dios en medio de una sociedad que sigue colocando entre los últimos a quienes Jesús tenía de primeros.

Referencias

[1] "Un espacio seguro - Encuentro de católicos LGTBIQ+", documento de trabajo.

[2] Oliva, A., Amours. L'Église, le divorcés remariés, les couples homosexuels, Du Cerf: Paris, 2015.

[3] Römer, Th. - Bonjour, L., L'homosexualite dans le Proche-Orient ancien et la Bible, Labor et Fides: Genève, 2005.

[4] Esta fue la designación inicial dada a la realidad eclesial en toda la época patrística. El término "cuerpo real" fue trasladado al sacramento de la eucaristía durante los debates medievales sobre la presencia "real" de Cristo en el pan y el vino consagrados. A partir de allí, se le denominó a la Iglesia "cuerpo místico de Cristo", designación usual que encontramos hoy en los documentos magisteriales. No obstante, esto no quiere decir que la Iglesia deje de ser el "real" cuerpo de Cristo, al contrario, esta es una de las características más antiguas que le es propia. Cf. H. de Lubac, Corpus mysticum. L'Eucharistie et l'Église au Moyen Âge. Étude historique, Aubier: Paris, 1949, p. 119.

[5] Papa Francisco, "Audiencia general del miércoles 23 de octubre de 2019", consultada en línea: http://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2019/documents/papa-francesco_20191023_udienza-generale.html

Espacio Seguro
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