Comentario a la miniserie de terror El horror y la Iglesia: “Misa de Medianoche”

La interpretación literal de la Biblia mata. Es lo que expone muy bien una miniserie de horror que titula cada episodio con el nombre de un libro bíblico.

Misa de Medianoche - Netflix
Misa de Medianoche - Netflix

Hace algunas décadas, la famosa película El Exorcista mostró hasta qué punto el mysterium católico puede ser un terreno fértil para un filme de horror. Netflix propuso hace poco una miniserie llamada Midnight Mass ("Misa de Medianoche") que reactualiza el género. Una diferencia mayor entre las dos producciones es la postura del sacerdote respecto al mal. Si en El Exorcista el sacerdote lucha contra el demonio, en "Misa de Medianoche" es el sacerdote que trae consigo el mal que se propaga.

Este cambio de postura está en coherencia con el reciente rol que jugó la Iglesia en las violencias perpetradas en escuelas católicas y en la pedocriminalidad de los sacerdotes según el informe Sauvé en France (3200 agresores desde 1950). "Misa de Medianoche" no pone en escena violaciones de niños o una colonización violenta. Más bien muestra una forma derivada de abuso espiritual que surge cuando una figura de autoridad religiosa usa su poder sobre una comunidad indefensa. Un hecho interesante es que el sacerdote no es el peor representante de la autoridad eclesial. Bev Keane, una mujer laica vinculada a la parroquia, también usa el aislamiento, la manipulación y la mentira. Ella impone una norma patriarcal sin posibilidad de crítica donde el sacerdote debe ser obedecido bajo pena de muerte citando Deuteronomio 17,21. Es evidente, para los lectores críticos de la Biblia, que la aplicación directa de un texto que se refiere a los sacerdotes que realizan sacrificios en un templo judío no puede ser empleada como un copy/paste sobre la figura de un sacerdote católico del siglo XXI.

Sin embargo, el texto es citado como si hablara de la situación actual sin posibilidad de hacerle ninguna objeción. Las referencias bíblicas son casi tan numerosas como los asesinatos. A lo largo de la miniserie, la Biblia es declamada desde el corazón y comprendida como un reflejo literal del escenario apocalíptico que está en desarrollo. Les dejo adivinar cómo es ilustrado el célebre versículo: “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tendrá la vida eterna”.

Esta teleserie, tan fascinante como sórdida, no es anticristiana ni antirreligiosa necesariamente. Más bien propone un universo donde es totalmente natural el rezar, cantar himnos, citar la Biblia e ir a misa. Por el contrario, encontramos una crítica clara de las derivas sectarias. Es más, las reflexiones de los personajes ateos sobre la muerte ineluctable invitan a la reflexión y a las miradas críticas frente a las afirmaciones de fe demasiado simplistas. Ellas desarrollan una concepción muy material del ser humano que toma consciencia de lo arbitrario de las fronteras entre su subjetividad, que acaba con la muerte, y la vida biológica, que continúa a través de los diversos organismos que componen sus cuerpos. Así, entre las tinieblas y la sangre, múltiples diálogos profundos permiten la reflexión sobre opciones muy importantes.

Mientras que el gobierno de Québec [y las autoridades de otras partes del mundo] anuncia una disminución de puestos para la enseñanza del fenómeno religioso en el curso escolar, esta serie muestra hasta qué punto los conocimientos religiosos permiten apreciar mejor la cultura. Los actores son convincentes y la estética del filme es magnífica, pero para comprender la intriga de "Misa de Medianoche" y disfrutar la sutileza de sus referencias, se necesita una buena base de conocimientos religiosos.

Sébastien DOANE es profesor de exégesis bíblica en la Facultad de Teología y de Ciencias Religiosas de la Université Laval (Québec, Canadá).

Texto original: L’horreur et l’Église : Midnight Mass (interbible.org)

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