En las Peregrinaciones Marianas Infantiles 2015

¿Qué escuchamos recién en el evangelio de san Lucas? En primer lugar, la Virgen, un ratito antes de este evangelio, el Espíritu Santo la cubrió con su sombra y nació Jesús en el seno de la Virgen. Qué lindo texto ese porque así se quiso hacer presente Dios entre nosotros. El Emanuel, Jesús, el Salvador del mundo.
La Virgen vivía en Nazareth. Después de Belén se mudaron a Nazareth, su pueblo. Ahí estaba con José. José tenía un oficio. ¿Cuál era el oficio de José?
“¡Carpintero!”, contestan los chicos.
Resulta que un día, poquito tiempo después, la Virgen queda embarazada, se aparece la Virgen en la carpintería y le dice a José: “Tengo ganas de ir a ver a mi prima Isabel”, que es el texto que recién escuchamos.
Bueno, José, “ni pío”. Ustedes vieron que la palabra de José no existe porque José es un santo grandísimo para los católicos. No hay una sola palabrita de él. Él es todo obediencia, todo trabajo. Y entonces lo que hizo fue: agarró el mejor burro que tenía, le puso una cabalgadura, prepararon una vianda y allá se mandaron en burrito María y José.
¿Saben cuántos kilómetros recorrió la Virgen hasta su prima Isabel? Más o menos, ¿cuántas cuadras recorrimos recién? ¿Quién da más? Alguno dijo 100, no, menos… 50… 40… 20… Bueno… Y con una parada en el medio que algunos chicos comieron tanto que no se podían mover. ¿Saben cuánto pateó la Virgen ese día? ¿Saben cuánto? Más de 100 kilómetros hasta la casa de su prima. Estuvo por lo menos 2 días caminando. Así es que la Virgen nunca dijo nada, que estaba cansada ni nada. Y llegó a lo de su prima Isabel.
¿Qué pasó ahí, qué escuchamos recién? Cuando Isabel estaba embarazada, tenía en su panza a Juan el Bautista, le pegó un salto en la panza de la mamá porque venía el Salvador y él se dio cuenta. Iba la Virgen trayendo a Jesús.
Y ustedes escuchen bien porque el lema que hoy teníamos lo sacamos de este pasaje del evangelio: “Todos con María, llevamos a Jesús”. O como la Virgen lo hizo recién en el evangelio. Lo primero que quiso hacer fue llevar a Jesús, fue a lo de una prima de ella, quiso llevar la alegría del evangelio porque Jesús es el evangelio. La Virgen quiso misionar. No se quedó sentadita en casa tejiendo escarpines, sino que dijo: “Yo quiero ir a anunciar la alegría de tener a Jesús en mi panza”.
Por eso decimos con María llevamos a Jesús a todos. Y ahí se produjo una cosa muy linda porque Isabel le dijo a María: “¿Por qué viene a mí mi Señor?”. Estaba encantada la prima Isabel de recibir a María y a Jesús. Entonces la Virgen hizo una oración muy linda, empezó diciendo ese cántico tan lindo que escuchamos que es el canto del Magníficat: “Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava”. Es más largo.
Nosotros caminamos 20 cuadras, ¿no? La Virgen caminó 100 kilómetros. Se hizo peregrina. Ella venía con nosotros, nos venía bendiciendo, a nosotros, a nuestras familias, a papá, a mamá, a los abuelos, a nuestros hermanitos, vecinos, y a toda la gente en el barrio ──¿vieron cómo la gente se asomaba?──, la Virgen también los bendijo. Porque donde Ella pasa, donde Ella está, Ella nos trae la alegría de Jesús.
Por eso es tan importante que llevemos en el corazón este grito que ustedes lo dijeron varias veces: “Todos con María, llevamos a Jesús”. (3 veces)
En el nombre del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo. Amén.