"El pensamiento y la moral de la Iglesia han dejado de ser referenciales para la inmensa mayoría de la sociedad" El futuro de la Iglesia depende de su capacidad de seducir a los 'buscadores de Dios'

Buscadores de Dios
Buscadores de Dios

"La Iglesia católica se encuentra desde hace 60 años en una fase de gran transición hacia una situación todavía indefinida"

"Ningún pontífice del último medio siglo -ya sea Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco, y sea cual sea su modo de actuar, su cultura o su visión teológica- ha conseguido atraer a más fieles a la misa o a la confesión y a la comunión"

" Dios no ha muerto y parece confirmarse la tendencia de que aumenta no sólo el número de agnósticos e indiferentes, sino también el de 'buscadores' espirituales"

Papa Francisco: "¿No llevamos demasiado tiempo aparcados en una religión convencional, externa y formal que ya no calienta el corazón ni cambia la vida?"

Es evidente que, tanto en España como en el mundo secularizado occidental, aumentan los nómadas de las creencias, los autónomos, los alejados. O dicho de otra forma, los que se fueron de la Iglesia católica sin estridencias, sin dar portazos, camino de la indiferencia tranquila o de la búsqueda inquieta. Consiguientemente, crecen los no-practicantes. Tanto es así que, en algunos ámbitos (especialmente en el de la esfera de la moral sexual), la supremacía la detenta ya la 'religión a la carta'.

En realidad, la Iglesia católica se encuentra desde hace 60 años en una fase de gran transición hacia una situación todavía indefinida. Los creyentes de la animada y fructífera época conciliar y postconciliar no han logrado transmitir el mismo compromiso y entusiasmo a las generaciones siguientes y, sobre todo, el proceso de secularización ha continuado inexorablemente. Las familias ya no transmiten las creencias ni educan en la fe y los sacramentos han dejado de ser los ritos de paso de la vida personal y social.

Iglesia vacía

Para muestra, unos cuantos botones. En Francia la asistencia a la misa dominical es del 3-4%, los sacerdotes se han desplomado de 49.100 (1965) a 11.350 en el año 2017. En España sólo el 10% de los fieles va a misa los domingos, los sacerdotes han bajado de 25.972 (1965) a 16.334 en 2017, pero el 10% proviene de otros países.

En Alemania, de 2000 a 2019, el número de sacerdotes descendió de 17.129 a 12.893. A pesar de la fuerza de la organización eclesiástica y del compromiso de los laicos alemanes, la asistencia a los oficios dominicales ha caído en picado. En 1950, más de la mitad de los católicos iban a misa, en 2019 sólo es el 9%. Y, en Italia, que pretende ser un país todavía fuertemente católico, la asistencia dominical se sitúa en el 19%, pero muchos sociólogos afirman que la cifra es en realidad inferior.

Y los Papas -distintos y diversos- han sido incapaces de poner coto a este invierno de la fe. Ningún pontífice del último medio siglo -ya sea Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco, y sea cual sea su modo de actuar, su cultura o su visión teológica- ha conseguido atraer a más fieles a la misa o a la confesión y a la comunión. Mientras tanto, la clerecía está en continuo y galopante descenso. Casi se acaban los curas, que ya no tiene relevo. Más aún, el pensamiento y, en concreto, la moral de la Iglesia han dejado de ser referenciales para la inmensa mayoría de la sociedad. Lo que dice la Iglesia ya no cuenta ni da sentido.

Últimos Papas

Y, sin embargo, la secularización no ha arrasado con la espiritualidad, como postulaban algunos expertos, y la gente sigue buscando sentido hondo, profundo a sus vidas. Dios no ha muerto y parece confirmarse la tendencia de que aumenta no sólo el número de agnósticos e indiferentes, sino también el de "buscadores" espirituales.

Por eso, el teólogo y sociólogo checo, Tomas Halik, sostiene que “el futuro del cristianismo en Europa probablemente dependerá sobre todo de la capacidad de los cristianos para llegar a estos buscadores”.

Eso sí, según el pensador centroeuropeo, “la comunicación con ellos no debe ser proselitista ni 'poseedora de la verdad'. No podemos intentar encajarlos en los límites institucionales y mentales existentes, sino que tenemos que ampliar esos límites y avanzar hacia nuevos horizontes, en colaboración con ellos. El cristianismo actual necesita un nuevo tipo de ecumenismo, un ir más allá de sí mismo”.

Tomás Halik

Lo acaba de denunciar el propio Papa Francisco, en la homilía de la solemne celebración de la Epifanía:

“¿No llevamos demasiado tiempo aparcados en una religión convencional, externa y formal que ya no calienta el corazón ni cambia la vida? ¿Nuestras palabras y rituales desencadenan en el corazón de las personas el deseo de avanzar hacia Dios, o son una 'lengua muerta' que sólo habla de sí misma y para sí misma? Es triste cuando una comunidad de creyentes ya no quiere y, cansada, arrastra los pies en la gestión de las cosas en lugar de dejarse desplazar por Jesús, por la alegría perturbadora del Evangelio. Es triste que un sacerdote haya cerrado la puerta del deseo; es triste caer en el funcionalismo clerical, es muy triste”.

Papa de la primavera
Papa de la primavera

Es decir, Iglesia en salida, para abandonar el parking y volver a dar sentido y calentar el corazón de la gente, de los “buscadores de Dios”.

Primero, Religión Digital
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