LOS líderes religiosos musulmanes y judíos que acudieron a la audiencia general de ayer probablemente no supiesen que Benedicto XVI ha renunciado al título de Patriarca de Occidente, otorgado por el emperador Teodosio II a León Magno el año 450 y utilizado por los Papas durante quince siglos.

Como en el abandono de la triple corona, Benedicto XVI ha recurrido a hechos consumados, sin necesidad de comentario. Su escudo papal lleva una mitra de obispo en lugar de las tres coronas incorporadas como símbolo del poder temporal, en 1130; de la autoridad espiritual, en 1301; y de la autoridad moral sobre los demás monarcas, en 1342.

Por indicación de Benedicto XVI, el título de Patriarca de Occidente no figura ya en el Anuario Pontífico del 2006. Mantiene, en cambio, los otros ocho tradicionales desde el de Obispo de Roma al de Siervo de los siervos de Dios, introducido por Juan XXIII.

La renuncia al título es, según el Vaticano, «un gesto de sensibilidad ecuménica» respecto a las Iglesias ortodoxas. Por otra parte, estaba superado: Juan Pablo II fue el primer «Papa del mundo», y Benedicto XVI demostró serlo ayer saludando a los musulmanes y judíos que acudieron a escucharle.Juan Vicente Boo (Abc)