Les deseamos de corazón un año de gracia, esperanza y amor ¡Religion Digital les desea un feliz y bendecido año 2024!

¡Religion Digital les desea un feliz y bendecido año 2024!
¡Religion Digital les desea un feliz y bendecido año 2024!

¡Feliz año 2024! El deseo no por repetido deja de ser sincero. Un año de gracia, esperanza, misericordia y amor les deseamos, de corazón, a todos nuestros lectores, colaboradores y anunciantes. Sin ustedes, RD no sería lo que es: la página de referencia en la información religiosa en español en todo el mundo. Con cinco millones de visitas mensuales y más de 1 millón de usuarios únicos. Y una extraordinaria penetración tanto entre el público en general como entre los decisores. Gracias a todos y por todo. Especialmente a nuestros corresponsales y a nuestros blogueros-columnistas que, con sus análisis, marcan muchas veces la diferencia.

El año que termina hemos seguido creciendo. Con nuevos anunciantes y con sonadas incorporaciones, como la del jesuita Antonio Spadaro. Y con el viento a favor, en Roma y en España, del pontificado de Francisco que, a pesar de las resistencias, consolida una nueva primavera en la Iglesia. Y, desde aquí, queremos contribuir decididamente a ella. Porque, como reza nuestra letanía, nadie puede parar la primavera en primavera.

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A la confianza de nuestros lectores seguiremos respondiendo en el 2024 con nuestra fidelidad sincera y sentida a los principios básicos que rigen nuestra labor: profesionalidad, independencia y pluralidad. Se cuenta todo y se dice todo. La información sólo pasa por el tamiz de los criterios periodísticos de profesionales independientes.

Aquí no se silencia a nadie ni de la derecha ni de la izquierda eclesial o de las diversas sensibilidades eclesiales. Hay cabida para todos, incluso para los que se sitúan más en la frontera. Por ambos lados. Porque Iglesia católica somos todos, todos, todos, como dice el Papa. Y aquí nos lo creemos y lo practicamos desde hace ya 26 años.

Y abiertos también (y esperamos que cada vez más) a las demás religiones. Sobre todo, el protestantismo, el Islam y el judaísmo.

Porque ésas son también las claves de nuestro éxito. Y, porque, además, estamos convencidos de que, sólo así, podremos prestar un buen servicio a la profesión periodística, que seguimos entendiendo como una vocación y como un servicio público, a nuestros lectores, al universo religioso y a la propia Iglesia católica.

RD ha supuesto para nosotros durante el año que termina un sinfín de satisfacciones y algunos problemas. El más doloroso, ver cómo algunos comentaristas de las noticias, escudados en el anonimato, realizan comentarios ofensivos y llenos de odio y rencor contra los católicos que defienden otras ideas.

Son los 'haters' u odiadores profesionales online, que, por desgracia, proliferan en España, donde la derecha eclesiástica se ha unido a la política, para intentar acabar con el pontificado de Francisco y sus reformas evangélicas. Y lo peor es que cuentan con la ayuda y la 'bendición' de unos cuantos obispos españoles.

Primavera

Los talibanes de la Red no tienen piedad y destilan odio hacia sus correligionarios más comprometidos. Ellos solos se descalifican e iremos afinando los sistemas de control de esos comentaristas-basura, conscientes, al mismo tiempo, de que el trigo y la cizaña deben crecer juntos. Pero sin desestimar tampoco la posibilidad de desactivar el sistema de comentarios, si, finalmente, concluimos que la cizaña asfixia al trigo. 

Si ni siquiera respetan al Papa (ellos que se decían tan papistas), ¿cómo van a respetar a los demás? Con su proceder dejan en evidencia que su catolicismo es pura y simplemente ideología neocon disfrazada de seguridad doctrinal

Pero también hay satisfacciones. Y muchas. Nos satisfacen la múltiples llamadas y correos de purpurados, obispos, sacerdotes, misioneros, monjas o laicos, para dar las gracias por una información o pedir un favor. O incluso, trabajo. Y sobre todo, consejos espirituales.

Ésta es una especie de enorme parroquia virtual de más de cinco millones de personas, que, con nosotros, se alimentan informativa y espiritualmente. Así lo reflejan cientos de correos que nos llegan a diario. Para muestra, un botón: el correo del ex rector de la Universidad ecuatoriana de Guayaquil, Anastasio Gallego:

Amigos, José Manuel, Jesús y Pepe (vaya tres nombres para Navidad). Bueno, un año más quiero felicitarles por el trabajo realizado en este 2023. Gracias por hacernos sentir el pulso de la Iglesia y de quienes formamos parte de ella. Creo que, una vez más, se han merecido el nombre de ANGELES-MENSAJEROS de buenas o no tan buenas noticias.
Desde esta tierra ecuatoriana, castigada este año por las bandas de narcos y otras calamidades, se nos hace más urgente alzar una voz de ESPERANZA en medio del miedo, los asesinatos de sicarios y narcos. También pensamos que el ANUNCIO no es en estos días sino de ESPERANZA. Algunos se sienten casi como en Gaza.
Pero ahí seguimos, como decía el obispo francés, Jacques Gaillot: UNA IGLESIA QUE NO SIRVE, NO SIRVE PARA NADA.
El canto e los ángeles es más actual: PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD.
Le acabamos de escribir una carta al Patriarca Latino de Jerusalén expresándole nuestra solidaridad con su comunidad en Palestina-Israel.  Que sepan que en estas tierras nos duele la presencia nuevamente de HERODES.  Los dolores compartidos parece que son menos.
Un abrazo agradecido. 
Anastasio

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