Lás lágrimas del Papa

Lenta y poco contundente ante la enfermedad y la depravación de la pederastia. Así fue la actuación de la autorid de la Iglesia. Y lo dice el propio Papa. En un mea culpa claro y preciso. Esta vez sí, contundente. Y hasta con lágrimas en los ojos. Y en un acto de autoacusación implítica. Porque él también fue, durante décadas, autoridad (y una de las máximas) de la Iglesia.

Las lágrimas del Papa (que hablan incluso más que sus palabras) pueden verse aquí.

Una nueva condena del barrendero de Dios. Por convicción, como salta a la vista. Y por estrategia. Algo también lógico. Con este "canutazo" en pleno vuelo episcopal, Benedicto XVI quiso evitar que su visita al Reino Unido se vea copada por el escándalo de la pederastia. Que los medios no se focalicen sólo y exclusivamente en ello. Que deje de salpicar y manchar todos sus pasos. Soltar lastre.

Habrá que ver si la estrategia da resultados y los medios ingleses (nada proclives al Papa y a la Iglesia católica) se dan por contentos. Lo más probable es que sigan hurgando en la herida de una institución a la que consideran anacrónica y demasiado moralista.

Lo que sí convencen son las lágrimas del Papa. Y eso que a los más papistas que el Papa (José Luis Restán se indignaba en Popular TV y trataba de quitar hierro, por todos los medios, al mea culpa papal) ya les parece excesivo. Creen que el Papa se está pasando y, con tanta petición de perdón, está dando munición al enemigo y cuartos al pregonero. Si pudieran, harían callar al mismísimo Papa.

JOsé Manuel Vidal
Volver arriba