"El cristianismo es la religión de los caminantes, con mochila y tienda de campaña" De la tienda de la señora Tsetsege a la del Sínodo

El Papa y la señora Tsetsege
El Papa y la señora Tsetsege

"Abraham, padre de los creyentes, es un nómada que, con su tienda a cuestas, obedece a Dios, que le promete que su descendencia será más numerosa que las estrellas del cielo"

"'Hagamos tres tiendas', dicen los discípulos, extasiados ante el Jesús transfigurado en el monte Tabor"

"Y de la iglesia en forma de tienda en Mongolia, a la tienda, símbolo del Sínodo de la sinodalidad"

"Nuestra fe es como una tienda que llevamos con nosotros, que nos protege del sol y de la lluvia, y que nos proporciona un lugar para descansar y reponer fuerzas"

En el Antiguo Testamento, la tienda, también conocida como Tabernáculo, era el lugar de encuentro entre Dios y su pueblo. Por eso, fue construido de acuerdo con las instrucciones que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí: de lino y pieles de animales, con tres partes principales (el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo).

Abraham, padre de los creyentes, es un nómada que, con su tienda a cuestas, obedece a Dios, que le promete que su descendencia será más numerosa que las estrellas del cielo. Fe, obediencia y esperanza. Y su tienda, siempre abierta a cualquier caminante. Abraham es un modelo para los creyentes de todas las religiones. Su historia nos enseña que Dios siempre está con nosotros, incluso en los momentos más difíciles.

El Papa, en Mongolia

“Hagamos tres tiendas”, dicen los discípulos, extasiados ante el Jesús transfigurado en el monte Tabor. Porque, para Jesús, el caminante, y los suyos, los discípulos, la tienda es el símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo, un lugar de seguridad y protección, un sitio para reunirse y alabar a Dios, al tiempo que se recibe su bendición.

El cristianismo es la religión de los caminantes, de los peregrinos, de los que siguen a Jesús. Con mochila y tienda de campaña. El camino, el seguimiento, la mochila y la tienda son potentes figuras simbólicas de los seguidores del Nazareno, aquel que no tenía donde reclinar su cabeza.

Y la tienda está siendo un símbolo omnipresente en la visita del Papa a Mongolia. De hecho, la catedral de los 1.500 católicos del país tiene forma de tienda y en un ger (tienda), el Papa quiso reunirse con la señora Tsetsege, la mujer que encontró en la basura la estatua de la Virgen rebautizada como la ‘Madre del Cielo’. Entronizada en la catedral de Ulán Bator está cubierta con un manto hecho de trocitos de tela enviados por la mayoría de fieles y misioneros mongoles.

La Virgen Madre del Cielo

Y de la iglesia en forma de tienda en Mongolia, a la tienda, símbolo del Sínodo de la sinodalidad. Porque ése ha querido el Papa que sea el icono del proceso sinodal. Es atienda que representa la naturaleza de la Iglesia como una comunidad de discípulos que caminan juntos.

La tienda como el lugar donde todos son bienvenidos, donde todos pueden ser escuchados y donde todos pueden contribuir a la misión de la Iglesia, que camina unida a la escucha del Espíritu.

Catedral de Mongolia

Esa tienda del Sínodo, símbolo de esperanza y de futuro: "Alarga el espacio de tu tienda". Símbolo de que la Iglesia es un lugar donde todos son bienvenidos, donde todos pueden ser escuchados y donde todos pueden contribuir a la construcción de un mundo más justo y más fraterno. Y de una Iglesia-tienda y hospital de campaña, siempre en salida y peregrina-samaritana en medio del mundo. Y con el horizonte del Reino.

Nuestra fe es como una tienda que llevamos con nosotros, que nos protege del sol y de la lluvia, y que nos proporciona un lugar para descansar y reponer fuerzas. Porque la fe cristiana es una experiencia dinámica y transformadora que nos lleva a vivir una vida de esperanza y servicio. Ése es el objetivo del proceso sinodal, con el que Francisco quiere cambiar y reformar a fondo la Iglesia, sin celebrar un Concilio.

La tienda del Sínodo

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