"En una humanidad amenazada de destrucción, la pregunta sobre el amor se ha hecho ineludible" Fe en el amor

"Aunque mi pobre fe dice que hay Dios, la imposible fe del incrédulo, dice que no lo hay… Todo indica que la pregunta acerca de Dios, ni siquiera encuentra eco en el corazón de hombres y mujeres de este tiempo; pero todos habremos de admitir a trámite la pregunta sobre el amor"
"En una humanidad amenazada de destrucción, la pregunta sobre el amor se ha hecho ineludible, como se ha hecho ineludible el discernimiento sobre la verdad del amor, sobre el amor de verdad…"
"Si tu fe imposible no te deja decir: 'El Señor es el lote de mi heredad', deja que tu corazón vaya diciendo: 'El amor es el lote de mi heredad'… Si tu fe imposible no te deja decir: 'El Señor es mi bien', deja que tu corazón diga con verdad: 'El amor es mi bien'"
"En el misterio del amor, mi pobre fe se encontrará con tu fe imposible, y allí los dos seremos uno"
"Si tu fe imposible no te deja decir: 'El Señor es el lote de mi heredad', deja que tu corazón vaya diciendo: 'El amor es el lote de mi heredad'… Si tu fe imposible no te deja decir: 'El Señor es mi bien', deja que tu corazón diga con verdad: 'El amor es mi bien'"
"En el misterio del amor, mi pobre fe se encontrará con tu fe imposible, y allí los dos seremos uno"
Aunque mi pobre fe dice que hay Dios, la imposible fe del incrédulo, dice que no lo hay. Para decir que lo hay, yo tengo apenas las razones de mi pobreza; y mi amigo tiene las de su imposibilidad, para decir que no lo hay. Pero el Dios de quien hablamos, ni a mí que digo creer, ni al amigo que dice no creer, nos preguntará por nuestras razones o nuestras creencias: a los dos se nos preguntará por el amor, a los dos se nos preguntará por el otro, a los dos nos preguntarán por los pobres, y ése será el único modo en que a los dos se nos preguntará por Dios.
Todo indica que la pregunta acerca de Dios, ni siquiera encuentra eco en el corazón de hombres y mujeres de este tiempo; pero todos habremos de admitir a trámite la pregunta sobre el amor. En una humanidad amenazada de destrucción, la pregunta sobre el amor se ha hecho ineludible, como se ha hecho ineludible el discernimiento sobre la verdad del amor, sobre el amor de verdad…
"Si tu fe imposible no te deja decir: 'El Señor es el lote de mi heredad', deja que tu corazón vaya diciendo: 'El amor es el lote de mi heredad'"
Así, pregunta y discernimiento nos llevan a fijarnos en Jesús de Nazaret, en el hombre “que tomó la decisión de ir a Jerusalén”, el hombre que tomó la decisión de amar hasta el extremo, el hombre que tomó la decisión de entregar su vida para que pudiésemos vivir los condenados a muerte. Si te dicen que en Jesús hallarás el amor que todo lo redime, que todo lo transforma, que todo lo sana, que todo lo embellece, lo normal será que te pongas en camino con él…

Puede que entonces empieces a intuir que, en ese camino, todo se nos va a pedir, todo lo habremos de dejar: si amamos, no habrá para nosotros nido ni madriguera, ni un espacio donde reclinar la cabeza; si amamos, lo nuestro será hacer presente en el mundo el reino de Dios, una humanidad con un alma sola y un solo corazón; si amamos, ya no habrá en nuestro camino mirada atrás, hasta que demos la vida… En el camino del amor, se nos pedirá la vida…
Si amamos,vamos por el camino de Jesús… Si amamos, somos hijos de Dios… Si amamos, Dios vive en nosotros, y nosotros en Dios…
Si tu fe imposible no te deja decir: “El Señor es el lote de mi heredad”, deja que tu corazón vaya diciendo: “El amor es el lote de mi heredad”.
Si tu fe imposible no te deja decir: “El Señor es mi bien”, deja que tu corazón diga con verdad: “El amor es mi bien”.
Si tu fe imposible no te deja decir: “Jesús es Señor”, deja que el amor te lleve a él, te haga discípulo suyo, seguidor suyo, imitador suyo; deja que el amor te haga semejante a él, porque Jesús es amor, porque “Dios es amor”…
“Ama, y haz lo que quieres”. Ama, y vive en libertad. Ama, para que puedas ser esclavo de todos por amor. Ama, hasta que puedas decir tú también: “vivo, pero no soy yo quien vive”, es el amor quien vive en mí, “es Cristo quien vive en mí”.
"En el misterio del amor, mi pobre fe se encontrará con tu fe imposible, y allí los dos seremos uno"
En el misterio del amor, mi pobre fe se encontrará con tu fe imposible, y allí los dos seremos uno, allí los dos seremos de los pobres, allí los dos seremos de todos, allí los dos seremos de Cristo Jesús, allí los dos seremos de Dios. Y seguramente no faltará algún padre de la Iglesia que, con la autoridad que le viene de la sabiduría y de la santidad, se atreva a decir, que allí tú y yo seremos Dios.
Un día, nos encontraremos los dos en una eucaristía sin fin, porque Dios es amor, y el amor ha sido nuestra vida.
Y allí escucharemos la oración de Jesús al Padre, de Dios a Dios: “Que todos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”.
Mi pobre fe y tu fe imposible son interpeladas por el amor, para que todos amemos, para que el mundo crea… Sólo se nos pide fe en el amor.
