Vich (Barcelona) ha estado de fiesta este sábado 5 de julio, por celebrarse en su Fiesta Mayor la conmemoración de los 400 años de la muerte de su santo patrón, Sant Miquel dels Sants. Pero una noticia empañó la celebración por la prevista presencia del presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, que había sido invitado por el Obispado de Vich e iba a predicar la homilía. 

Las comparsas y algunos grupos municipales habían mostrado su rechazo a la presencia de Luis Argüello. Como respuesta, el Obispado decidió suspender los actos religiosos previstos en la catedral y en la casa natalicia de Sant Miquel.

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¿Por qué motivo este rechazo a Luis Argüello?

Las comparsas emitieron un comunicado donde expresaban “de manera clara y contundente” su rechazo a la presencia del arzobispo de Valladolid. “Entendemos las Fiestas como un espacio de encuentro, inclusión y celebración colectiva de valores que compartimos como ciudad diversa y abierta. Es por eso por lo que consideramos que no tienen cabida figuras que, como el arzobispo Argüello, que se han manifestado públicamente en contra de los derechos y libertades fundamentales, que mantienen discursos que vulneran los Derechos Humanos, la dignidad de colectivos que forman parte esencial de nuestro tejido social y nuestra identidad nacional". 

Asimismo, recordaban que ellos abogan “por unas fiestas libres de discursos de odio y excluyentes” por lo que anunciaban su rechazo a la presencia de Argüello.

Algunos grupos municipales del Ayuntamiento también habían mostrado públicamente su rechazo a la presencia de Argüello al haber este “menospreciado los derechos del colectivo LGTBIQ+, negado a las mujeres el derecho a decidir sobre su cuerpo, callado frente a los abusos sexuales dentro de la Iglesia y posicionado contra el derecho a decidir y la amnistía”. Añadieron que “Vich no necesita ni sermones ni consignas de la extrema derecha, ya que Luis Argüello hace campaña para Vox y exige elecciones desde el altar” 

El rechazo de Vich a la presencia de Luis Argüello en los actos religiosos suspendidos por el Obispado, previstos en la catedral y en la casa natalicia de Sant Miquel, tienen su explicación. Argüello ha sido declarada persona non grata por su perfil ultraderechista, sobre todo mostrando su desprecio a los derechos del colectivo LGTBIQ +. Sobre este aspecto, Argüello da la espalda al evangelio y a la ciencia.

Respecto al evangelio, es del todo cierto y convincente que el amor es la base del cristianismo, sean como sean los que lo practican. Por tanto, no tiene cabida excluir y condenar al colectivo LGTBIQ + sin dañar el mensaje de Jesús, que en su expresión “amaos los unos a los otros” no se opone a la diversidad en la forma de amarse, por lo que condena como una inmoralidad todo intento de rechazar ese colectivo donde florece el amor, la solidaridad y la convivencia. Jesús nunca estableció que la diversidad sexual fuera condenable porque solo lo es la ausencia de amor. 

Respecto a la ciencia, Argüello también da la espalda a la ciencia al no aceptar que en 1990, hace 35 años, la OMS declaró que la homosexualidad no es una enfermedad, un trastorno mental ni un problema emocional. 

Ante el perfil antievangélico y anticientífico del presidente de la CEE, es normal que Vich lo haya considerado como una persona no bienvenida. Es la mejor forma de proceder con personas arraigadas a formas de pensar caducadas que han perdido todo valor en el primer tercio del siglo XXI.