"Va siendo hora de que la Iglesia católica recapacite para subirse al tren del progreso" El no del Vaticano a ordenar mujeres diaconisas, ni en la Iglesia primitiva
"No hay ningún motivo evangélico ni democrático para continuar cerrando el paso a las mujeres al diaconado y a otros grados de la jerarquía"
La comisión vaticana encargada por el papa Francisco en 2020 excluyó por el momento la posibilidad de un diaconado femenino, es decir de ordenar diaconisas.
La segunda comisión sobre el tema -la primera no fue concluyente por la división entre sus miembros- publicó este jueves sus conclusiones y determinó "que no podrá existir el diaconado para mujeres, entendido como un grado del sacramento del Orden", aunque añade que "por el momento no es posible formular un juicio definitivo, como en el caso de la ordenación sacerdotal".
El diaconato en la Iglesia católica, que solo existe para los hombres, es el grado de consagración anterior al del sacerdocio y no permite oficiar misas, pero sí predicar y administrar algunos sacramentos como el bautismo o el matrimonio.
El estudio de la Comisión vaticana, presidida por el cardenal Petrocchi, concluyó en el mes de febrero, y el informe fue enviado a León XIV el 18 de septiembre y ahora se hace público a petición del papa.
Pros y contras
"Quienes están a favor argumentan que la tradición católica y ortodoxa de reservar la ordenación diaconal (pero también la sacerdotal y episcopal) solo a los hombres parece contradecir la igualdad de condición entre hombres y mujeres a imagen de Dios", afirman los partidarios.
Los que están en contra defienden que "la masculinidad de Cristo, y por lo tanto la de quienes reciben las órdenes, no es accidental, sino parte integral de laidentidad sacramental, preservando el orden divino de la salvación en Cristo. Alterar esta realidad no sería un simple ajuste del ministerio, sino una perturbación del significado nupcial de la salvación".
Este último párrafo, se explica en el informe, se sometió a votación y recibió cinco votos a favor para confirmarlo con esta redacción, mientras que los otros cinco miembros votaron por su eliminación.
Asimismo, en el informe sí que se abre a la institución de nuevos ministerios que podrán celebrar las mujeres para fomentar la sinergia con los hombres.
Con nueve votos a favor y uno en contra, se expresó la esperanza de que "se amplíe el acceso de las mujeres a los ministerios establecidos para el servicio comunitario (...), garantizando así también un adecuado reconocimiento eclesial de la diaconía de los bautizados, en particular de las mujeres. Este reconocimiento resultará una señal profética, especialmente donde las mujeres aún sufren discriminación de género".
León XIV ya afirmó en la entrevista que concedió para el libro "León XIV. Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI" que "por el momento" no tiene la intención de cambiar la enseñanza sobre la posible ordenación de mujeres diaconisas.
COMENTARIO
Las diaconisas en la Iglesia primitiva
La Iglesia primitiva, más adelantada en igualdad que la actual, se caracterizó por la incorporación de las mujeres a la jerarquía como diaconisas y presbíterashace más de 2.000 años.
La historia más conocida es la de la diaconisa Febe, enviada por S.Pablo a la comunidad cristiana de Cencreas, donde desempeñó un papel importante.
«Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Les pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo». Romanos 16:1,2.
Febe formó parte de un grupo de mujeres que trabajaron con S. Pablo en la evangelización como Cloé (1 Corintios 1:11), Ninfas (Colosenses 4:15), Apia (Filemón 2), Evodia y Síntique (Filipenses 4:2,3) y Junías (Romanos 16:7).
Por otro lado, no hay que olvidar que fueron mujeres las primeras en dar testimonio de la resurrección de Jesús.
"No hay ningún motivo evangélico ni democrático para continuar cerrando el paso a las mujeres al diaconado y a otros grados de la jerarquía"
Por tanto, no hay ningún motivo evangélico ni democrático para continuar cerrando el paso a las mujeres al diaconado y a otros grados de la jerarquía. Más aún en las sociedades democráticas, donde las mujeres están progresivamente equiparadas con los hombres, siendo coherentes con en el primer artículo de los Derechos Humanos al declarar que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
El motivo más importante para que la Iglesia católica se niegue a dar paso a las mujeres al diaconado, es que el diaconado está considerado como un paso intermedio para acceder al sacerdocio; un acceso definitivamente cerrado a las mujeres. De ese modo muestra un perfil antropocéntrico y misógino,alejándose del carácter igualitario establecido por Jesús y la Iglesia primitiva. Ya va siendo hora de que la Iglesia católica recapacite para subirse al tren del progreso donde hombres y mujeres consagrados y consagradas impartan todos los sacramentosy realicen todas las funciones orientadas a la evangelización. Solo así, la Iglesia recuperará su verdadera imagen.
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