10 sendas a seguir marcadas por nuestros valores para actuar bien La felicidad de hacer lo correcto
Para ser feliz hay que hacer camino al andar por la senda marcada por nuestros valores, productos de la educación que hemos recibido, por nuestros pensamientos y por los resultados de nuestra conducta
Para ser feliz hay que hacer camino al andar por la senda marcada por nuestros valores, productos de la educación que hemos recibido, por nuestros pensamientos y por los resultados de nuestra conducta.
Propongo 10 sendas a seguir para actuar de forma correcta y así conseguir lo que más anhela el ser humano: la felicidad producida por actuar con buena conciencia.
1.La autoestima
La autoestima es la valoración positiva que hacemos sobre nosotros mismos. A la hora de valorarnos incluimos una gran variedad de factores: el aprecio de nuestros pensamientos, de nuestra habilidad para relacionarnos con los demás y de otras habilidades, de nuestra apariencia física, de las cosas que poseemos, de la aptitud para llevar a cabo actividades que apreciamos como la lectura, la escritura, el ejercicio físico, caminar, tener conversaciones con los amigos, dedicarnos a nuestras aficiones o realizar actos solidarios.
La autoestima según Luis Rojas Marcos, psiquiatra, consiste en “tener una buena opinión de ti es indispensable para tu felicidad. Por eso, el indicador que mejor muestra tu satisfacción con la vida es precisamente el nivel de satisfacción que sientas contigo mismo.
Resaltamos automáticamente nuestras cualidades. Esta inclinación natural por destacar cuanto tenemos de positivo en nosotros nos ayuda a preservar la tranquilidad emocional”
2.Cultivar las amistades
Las amistades son un regalo que debemos cultivar a base de promover la comunicación personal y a través de las redes sociales. Hay que entablar encuentros personales para conseguir una interacción positiva en la que recibamos lo mejor de los demás y demos lo mejor de nosotros mismos.
“Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz” Teresa de Calcuta (Premio Nobel de la Paz en 1979).
3.Enriquecer nuestra mente con actividades que nos causen bienestar.
Son innumerables, recurriendo a nuestra experiencia personal. Ejemplos de esas actividades son: la meditación, la lectura de un libro que nos resulte interesante, la interacción con otras personas, la realización de una actividad que nos cause gran satisfacción, escribir un diario, un libro o en un blog, escuchar música, observar detenidamente innumerables fenómenos naturales, sintiendo el goce de estar conectados con la naturaleza.
4.Consumir y comprar lo necesario
Comprar por comprar, influenciados por la moda o la publicidad, es un error que nos conduce a sentirnos molestos o disgustados por desear sin cesar lo que nos anuncian. Consumir es necesario para alimentarnos, culturizándonos, vestirnos o viajar, pero utilizando un criterio propio sobre la conveniencia de esos productos y nuestras posibilidades económicas. No hay que dejarse llevar por la sociedad de consumo que nos lleva por un camino equivocado para conseguir la felicidad.
“No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para ser feliz. La razón por la que eres infeliz es porque no dejas de pensar en lo que no tienes, en lugar de pensar más bien en lo que tienes en este momento.” (Anthony de Mello – Bombay-, experto en integrar la espiritualidad de Oriente y Occidente).
5.Evitar ser fundamentalista
El fundamentalismo es una forma de pensar y actuar de forma fanática, extremista e intransigente, que implica someterse sin cuestionarlas a doctrinas religiosas, políticas o sociales.
No ser fundamentalista supone aceptar que las creencias están sujetas a cambios y valorar al que piensa diferente, y aprender así a cuestionarnos los pensamientos y comportamientos que consideramos inmutables.
“El poder corrompe, y la certidumbre también. El mal puede aparecer en cualquier lugar. Lo que ocurre es que algunos lo aceptamos; hay una parte mala también en nosotros. Para los fundamentalistas todo el mal está en otra parte y eso hace mucho daño”. (Teju Cole, novelista estadounidense de origen nigeriano)
6.Ser solidarios
Se trata de tener empatía, poniéndose en lugar del otro. La solidaridad con los demás es un sentimiento que proviene de nuestra naturaleza social, sin el que sería posible la pervivencia de nuestra especie. Son innumerables las actividades para ser solidarios: el trabajo profesional que se realiza o se ha realizado, dedicar tiempo para llevar a cabo unas actividades de voluntariado, ofrecer nuestra ayuda a quien nos la solicita o ser responsables ante los impuestos para mantener los servicios que nos benefician a todos.
La perspectiva de que priorizar a los demás significa descuidarse a uno mismo es falsa según Küppers. (Holanda, escritor y profesor de la Universidad de Barcelona). Por el contrario, él propone que es precisamente a través de la generosidad auténtica como se encuentra una mayor satisfacción vital.
La grandeza de esta filosofía, según Küppers, reside en su simplicidad: “son esos gestos sencillos los que nos enseñan a vivir con alegría, con generosidad y con verdadera calidad humana”. No se trata de grandes sacrificios o actos heroicos, sino de la acumulación de pequeñas atenciones que crean un entorno de cuidado mutuo.
7.Evitar quejarse por pequeñeces
Hay que saber sobrellevar los acontecimientos con resiliencia, que es la capacidad para hacer frente a situaciones adversas. De ese modo, evitamos sufrir por situaciones que no merecen la pena y mantenemos un estado de equilibrio emocional.
Para Küppers es muy importante saber relativizar. Salvo que estemos ante un drama real es fundamental no dejarse llevar por enfados innecesarios. Una cosa son los dramas y otra las circunstancias cotidianas por resolver.
8.Vivir el presente
No hay que obsesionarse por el pasado ni por el futuro. Hay que vivir el presente.
“No es fácil ni importante volver al pasado y reabrir las cicatrices de allí. La única justificación es saber que ese conocimiento me va a ayudar a entender y vivir mejor el presente”. Paulo Coelho (Escritor y compositor brasileño).
9.Conectar con la naturaleza
“Cuando estás demasiado alejado de la naturaleza, tu espíritu se seca y muere, porque ha sido violentamente separado de sus raíces”. Anthony de Mello.
La conexión con la naturaleza es un valor muy descuidado por el excesivo tiempo que dedicamos a las pantallas y a otras actividades que nos alejan de ella, especialmente los que viven en las ciudades. Para mantener un buen estado de ánimo es imprescindible que la naturaleza forme parte de nuestra vida diaria, ya sea contemplando la salida o puesta de sol, observando las nubes y los pájaros, paseando por la playa o dando un paseo por el bosque. Las ciudades limitan ese contacto, pero siempre existe la posibilidad de acudir a un parque o aprovechar los fines de semana para acudir a un lugar donde la naturaleza sea la protagonista
10.La autocrítica
“El que quiere ser constante en la felicidad debe cambiar frecuentemente.” Anthony de Mello.
La autocrítica da paso al autoconocimiento que supone responsabilizarnos de nuestra propia vida. Una de las mejores formas de ejercer la autocrítica es la meditación. Gracias a ella podemos profundizar en nuestro interior, observar nuestros pensamientos y ver cómo influyen en nuestro comportamiento. Así aprendemos a discernir entre lo correcto y lo incorrecto para quedarnos con lo que nos aporte mayor paz y serenidad.
Es falsa la idea que mantienen algunas personas mayores al creer que ya han vivido lo suficiente para saber lo que es y no es lo correcto. Tengamos la edad que tengamos estamos aprendiendo siempre; eso es así porque la vida no es estática sino dinámica, ya que aparecen nuevas amistades, nuevas circunstancias, nuevos acontecimientos desconocidos o poco conocidos que nos retan a actuar de distintas maneras.
Hay que dedicar tiempo a revisar nuestros pensamientos, actitudes y actos para confrontarlos con nuestros valores éticos, morales y espirituales, haciendo un esfuerzo para llevar a cabo los cambios necesarios que nos transformen en personas mejores.
“Cuando ves que no eres tan sabio hoy como pensabas ayer, eres más sabio hoy.” Anthony de Mello
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