CARTA ABIERTA de UN PROFESOR A SUS COMPAÑEROS DOCENTES PARA MEDITAR ANTE LAS REVINCICACIONES

Crítica Constructiva

 CARTA ABIERTA de UN PROFESOR A SUS COMPAÑEROS DOCENTES PARA MEDITAR ANTE LAS REVINCICACIONES

            Somos, sí trabajadores, pero la materia con que trabajamos no es inerte. Son personas a las que en todo momento hemos de dar sentido de responsabilidad y ejemplo de seriedad, equilibrio y buen obrar. Este principio debe dominar nuestra  actuación en todo momento: en clase y en la vida normal.

 Las reivindicaciones que pedimos son justas. Todos estamos de acuerdo en este punto. En lo que no estamos de acuerdo es en el modo de pedirlas. Puntualizando:

 1.- Constitución de un organismo de carácter estrictamente profesional que represente al profesorado y sea cauce de nuestras relaciones con la administración y la sociedad. Todos conformes. Pero esto no puede improvisarse en tres días. Se necesita tiempo. No podemos estar de acuerdo con la dimisión en este momento de la junta “SEM”. Por supuesto que sí desaparecerá cuando sea creado el otro organismo. Mientras tanto ha de funcionar para no caer en el vacío. Ha de presentarnos sus últimos servicios con elegancia, compañerismo, ayudando a funcionar a los siguientes.

 2.- También de acuerdo con los otros cuatro puntos: petición de derogación del decreto de plantillas, aspectos económicos, igualdad económica de todos los docentes, anticipar la edad de jubilación voluntaria.

 3.- Decisiones de la asamblea. Aquí está lo más delicado. Podemos constituir la asamblea de dos formas distintas:

 a) Con decisión soberana; como autoridad suprema, que en cierto modo obligue a obrar de una manera concreta a todo el Magisterio para expresar la unión y hacernos fuertes: apoyarnos unos a otros a modo de Fuenteovejuna. Este modo de obrar no es democracia, sería la dictadura de las masas; es revolución y violencia; no es propio de unos educadores. Obrando así, como una masa ciega, se puede llegar a conseguir unas mejoras salariales; pero también se violenta la libertad de muchos, no conformes con la decisión asamblearia.

  1. b) Asamblea como unión, como búsqueda de soluciones conjuntas, como expositora de nuestros deseos a la autoridad. Esto convence más.

            4.- A la hora de tomar decisiones, pienso que – por nuestro carácter de educadores – pienso que no se debe ir a una huelga. No se ve ni práctica ni lícita por estas razones:

  1. a) Existen otros modos de reivindicar nuestras aspiraciones que no se han agotado. No se ha dado tiempo suficiente a la administración. Se está creando un clima de huelga a nivel nacional. Si colaboramos a ello, hacemos más difícil aún la labor de la Administración.

  1. b) Se aprovecharía la huelga del magisterio como medio de coacción política. Hay muchos interesados en ello.

  1. c) Sería de muy mal ejemplo para nuestros educandos.

  1. d) No hemos de dejarnos dominara por este sarampión de huelgas que siempre amenaza. Antes, aguantábamos años y años sin chistar. Ahora, ¿no podemos aguantar desde el 17 de Enero para pedir con más calma la derogación de un decreto? Vamos a agotar todas las posibilidades.
  2. e) Por fin, el paro académico no será jurídicamente huelga, mas para los efectos pedagógicos, lo es. Basta con la protesta de paro técnico. Pero ha de ser corto por las consecuencias que trae consigo.

5.- Posibles soluciones. Firmas de todos como protesta. Unido esto al paro técnico puede ser suficiente. Y si no lo es, ya hemos demostrado que estamos unidos para seguir buscando otras soluciones.

(Este texto lo leí en la asamblea el 9 de febrero de 1976. El 11 de febrero se publicó en la Gaceta del Norte).

José María Lorenzo Amelibia

Nota posterior cuando lo transcribo el 12 de marzo  del año 2021.

Hoy, a mis ochenta y seis  años de edad, lo veo como un acto heroico; como una gran fidelidad con mis principios cristianos; como unas consideraciones muy ponderadas y buenas; como algo a seguir entre personas honradas y no maleadas por la ira, la política partidista, el bien material por encima de todos. Pero...  que no produjo ningún efecto positivo; todo fue negativo y contra mí. Nadie se “mojó” en defender estos principios. Fueron más pragmáticos y miedosos y me dejaron en la estacada. Es lo que suele suceder en tiempos de pre revolución, a no ser que la causa esté respaldada por un grupo grande. Consecuencia: tuve suerte de que no llegó el caso a una revolución cruenta. De lo contrario hubiera sido yo uno de los asesinados en las primeras escaramuzas. Consecuencia mía actual: En casos así, mejor callar, previendo lo inútil que va a ser la propia hazaña. Fue aquello una lección para toda mi vida: la malicia de los contrarios y la insolidaridad y cobardía de los propios. Por eso, prudencia, y solamente ser mártir cuando la causa es únicamente en defensa de la fe estricta.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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