Ayudar en lo físico y en lo psíquico

 Es tremendo el paso de ser persona normal a caer en una disminución física o psíquica. Muchos no terminan de levantar cabeza. Conviene fijar nuestra atención en gente que ha sabido superarse después de haber sufrido cualquier tipo de traumas.

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“Desde niña mi padre me inculcó una gran afición al deporte” – dice Teresa Silva. Pero tuvo la desgracia de sufrir un accidente que la dejó postrada en silla de ruedas. En los comienzos la angustia llegó a su corazón, pero se dio cuenta de que así no podía continuar. Tras varias semanas de rehabilitación no pudo abandonar la silla de ruedas, y aunque su cuerpo no le respondía como antes de la tragedia, no podía permitirse vivir en estado de postración. Después de meses consiguió seguir con el deporte, su salvación.

 Teresa Silva dirige ahora la “Fundación También”, fruto de haber asumido su nueva situación con gran optimismo. Desde hace diez años o más esta Asociación ha ayudado a muchas personas con minusvalías físicas. El hecho de conseguir montar en bicicleta, esquiar, practicar deportes en esas condiciones, ayuda mucho a mantener un optimismo que supera incluso al de quienes nunca han sufrido traumas de este volumen. Cuando se consigue superar dificultades grandes, el alma se llena de gozo, tiene una sensación de libertad jamás hasta entonces experimentada. Todas las actividades que organiza la “Fundación También” van dirigidas a lograr que cuantos han sufrido cualquier quebranto en su vida puedan vivir en lo sucesivo con total normalidad.

 Llama la atención la capacidad que tenemos las personas para superarnos. El deporte y la fuerza de voluntad son medios que nos ayudan. Pero también existe otro tipo de resortes para conseguir vivir con plena felicidad en medio de dificultades; me refiero a una vida interior profunda. A lo largo de la Historia creo que se ha conseguido aumentar la autoestima y la felicidad en los creyentes bastante más por motivos de fe que por los meramente humanos. Todo viene bien. Lo importante es la actitud de ánimo de quien ha sufrido algún trauma. En lugar de dejarse llevar del desaliento y el pesimismo, acudir a estos medios naturales. Y si se adhiere a los principios que le da la fe, y un buen director espiritual le acompaña, mejor que mejor. Todo entra en los planes de la Providencia para ayudarnos en nuestra felicidad incluso temporal.

José María Lorenzo Amelibia                                        

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