Obispos sed santos como, BEATO CARDENAL SCHUSTER, ALFREDO ILDEFONSO

 Para los Obispos

Obispos sed santos como, BEATO CARDENAL SCHUSTER, ALFREDO ILDEFONSO


Su padre, Juan, era oriundo de Baviera, se enroló en los zuavos pontificios y allí ejerció el oficio de sastre, pero quedó en paro después de la pérdida de los Estados Pontificios. Alfredo fue bautizado en San Pedro. De joven frecuentaba la congregación mariana, pero pronto entró a formar parte de la familia benedictina en San Pablo Extramuros. Tenía un defecto de pronunciación. Nadie diría entonces que con el tiempo iba a predicar hasta seis sermones en un día. En sus estudios fue muy brillante, pero más en su santidad. A los veinticuatro años era sacerdote y celebró su primera Misa en la basílica de San Juan de Letrán. Siendo joven todavía fue elegido abad de San Pablo. Allí redactó su gran obra: "El libro de los Sacramentos".

Por su formación e integridad de vida fue nombrado consultor de varias congregaciones romanas y el mismo Benedicto XV lo tuvo como uno de sus mejores consejeros. Por eso le nombró arzobispo de Milán y Cardenal de la Santa Iglesia. Recibió el episcopado después de ser investido cardenal.


VIDA EJEMPLAR DE OBISPO

Cuando entró en la catedral dijo que venía a inmolarse. Y así fueron los veinticinco año en que rigió la archidiócesis - predecesor de Montini -. Visitó cinco veces todas sus parroquias, escribió numerosas pastorales, predicaba varias veces al día. Se levantaba a las tres y media de la madrugada para hacer oración, incluso los días de visita pastoral.

Comía y cenaba - según decían - como un pajarillo. Rezaba con devoción el Oficio Divino. Celebraba Misa y con frecuencia ayudaba a la Misa de su secretario. Por la tarde recitaba la segunda parte del Oficio, el Rosario y participaba en la Exposición al S. Sacramento. Su vida pastoral estaba inmersa en el mayor espíritu de piedad. Roncalli decía de él que había superado que había superado incluso la actividad de San Carlos Borromeo.

Su apostolado tuvo un sello litúrgico especial. Sus obras de caridad fueron llenas de generosidad. De una manera especial en los años de la guerra practicó mucho más ese amor a los necesitados, sin mirar si eran de un bando o del contrario. Salvó muchas vidas. Influyó para que el cadáver de Mussolini fuera enterrado en cristiana sepultura.

Su vida espiritual fue siempre en aumento y con gran fervor. Estaba desprendido de todo lo terreno. Vivía una pobreza extrema. Con nada se quedaba para él. Fue humilde aun en los honores de su cardenalato.

Decía a sus seminaristas: "La gente parece que vive de espaldas a las realidades sobrenaturales, indiferentes a los problemas de la salvación, mas si pasa un santo auténtico, vivo o muerto, todos acuden a su encuentro".

Murió a los 74 años. De todos los pueblos salían al encuentro de su cadáver cuando lo llevaban a Milán de regreso de Venegono donde murió. Fue beatificado por Juan Pablo II el 12 de mayo de 1996.

José María Lorenzo Amelibia

  Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com          

    Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/      

 Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Volver arriba