Buscando la felicidad, aun cuando la salud se quebrante

Enfermos y debilidad

Buscando la felicidad, aun cuando la salud se quebrante  

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La salud se quebranta

 Cuando la salud se quebranta, cuando el paro laboral me amenaza, cuando el curso escolar y el trabajo de las fábricas y oficinas comienza, parece un poco contrasentido que la palabra felicidad brote de nuestros labios. Sin embargo, hoy la pronunciamos, porque es grande nuestro gozo. Ponemos la confianza total en Jesús, Eucaristía, y Él nos va a acompañar. Aunque pasemos por valles de tinieblas no temeremos el mal.

Felices, sí, nosotros que creemos en el de Jesús Eucaristía. Aunque nos encontremos secos en la oración, y frente a un trabajo monótono y agobiante, ¡felices! ¡Creer en el Amor es ya amar, y amar llena el corazón! Y podemos caminar en medio del desierto. Es verdad que la verdadera dicha la conseguiremos por la posesión eterna de Dios. La felicidad relativa, por esa misma adherencia a Dios en el tiempo.

            ¿De qué nos sirve ahora un verano ya pasado de viajes y placeres? ¡” Habitar en la casa del Señor todos los días de nuestra vida!”; he aquí la gran alegría. Estar junto al Señor: y desde allí sacar fuerza para ayudar, para ser útiles en el Reino de Dios.

 La historia de las conversiones es el relato gozoso de haber abrazado la Felicidad inalienable. Y casi siempre comienza el proceso de la entrega a Dios, a la luz parpadeante de la lámpara del Sagrario. Allí caen destrozados nuestros egoísmos, y surge esperanzado el hombre nuevo. Algunos se han convertido precisamente cuando la salud se quebrantaba o llegaban tremendos problemas en su existencia.

 Busca ratos de soledad junto al sagrario; vence esa pereza insensata que nos pone el maligno; déjate reconquistar por Aquel que fue la alegría de tu juventud. Estoy convencido de que, si nos “ponemos a tiro”, Cristo desde el Sagrario nos ha de infundir un amor apasionado hacia Él, como lo hizo con los santos. Y nos va a conceder esa paz que a tantos les ha dado gozo constante.

 Nuestra existencia humana ha sido un continuo ir y venir en busca de la felicidad. Si no has atinado en la elección, cuando la nieve cubre de blanco tus sienes, merece la pena colocarte junto a Él. Pero mejor si lo haces antes. No quedarás defraudado. Y pregustarás algo de lo que ha de ser tu felicidad eterna.

José María Lorenzo Amelibia

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