1.- Contemplo a Jesús en casa de Pilatos. Él, Dios y hombre verdadero, sufre la humillación y el oprobio por mis pecados. Me pongo en su lugar.
2.- Admito mis humillaciones que me hacen sufrir por parecerme más a Cristo.
3.- Limpia mi alma del vicio de la hipocresía que consiste en creerse más que otros; además sin ningún fundamento; o en simular ser mejor, cuando el corazón está lleno de mezquindad.
4.- Dame amor a la humildad, Señor, y odio al pecado.
5.- Haz que actúen en mi alma los dones del Espíritu Santo, de tal manera que sienta como una dulce obsesión por lo divino; una tendencia como instintiva por imitar a Jesús.
6.- Que este tiempo de cuaresma purifique mi alma. Dame el don de la penitencia.
7.- Virgen María, tú que eres madre de misericordia, obtén de tu Hijo para nosotros el don de penitencia, la compunción verdadera del corazón.
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