14 JULIO 2019 LC. 10, 25 - 37
1.- Un letrado pregunta a Jesús: - ¿Qué tengo que hacer para alcanzar al vida eterna?
- ¿Qué está escrito en la ley?
- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; y al prójimo como a ti mismo.
- Haz eso y tendrás vida.

2.- A veces se nos hace muy complicada la religión; pero a la hora de la verdad, todo se resume en el amor: a Dios y al prójimo.

3.- Luego de nuevo el letrado preguntó luego otra vez a Jesús: - ¿Y quién es mi prójimo?
Entonces Cristo contó la parábola del Buen Samaritano, ===> el que atendió al hombre maltrecho a causa de del expolio de los bandidos.

4.- Yo creo que en resumen podemos pensar nosotros que el prójimo a quien hemos de atender es:
a) Todo aquel que se acerca a nosotros en demanda de algo. No dejar, a poder ser, a nadie sin algo. Aunque sea un euoro o unos céntimos. Darle algo.
b) También es nuestro prójimo para atender aquel que, aunque no se acerque positivamente a nosotros, lo vemos en necesidad, y tomamos conciencia de nuestra posibilidad de ayudarle.
Si amamos así, generosos, sabemos cumplir con la ley del amor.
Y, claro, acordarnos de la primera parte del Evangelio de hoy: Amarás al Señor tu Dios.

José María Lorenzo Amelibia
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