Fiestas patronales
Crítica Constructiva
| José María Lorenzo Amelibia
Fiestas patronales
(Cofradía de la V. Blanca)
Las fiestas patronales de Vitoria se celebran todos los años por la Virgen Blanca, 5 de agosto.
Dos actos religiosos son muy dignos de mención por su carácter excepcional: Uno es el "Rosario de los Faroles", la víspera de la fiesta. Resulta vistoso este Rosario, único, lleno de hechizo, como de mística popular. Más de 300 hombres llevan en sus manos faroles y carrozas de cristal policromado, mientras recorren las calles de la ciudad, rezando el santo Rosario. Cada farol representa una avemaría, un padrenuestro o una invocación litánica. Cada una de las carrozas, un misterio del Rosario. Dicen que es único en España. El conjunto de los faroles son verdadera obra de arte.
La gente se agolpa en las aceras para alabar a la Madre de Dios. No se trata de gente curiosa. Rezan o aplauden a la Virgen Blanca.
Pero algo falta en la organización. El recorrido no está preparado todo con megafonía. Se pierde en muchos sectores el rezo del Rosario. Y resultaría sencillo solucionarlo: colocar cuatro transistores en cada una de las 15 carrozas (y no sólo en la primera). La gente rezaría. La calle toda se convertiría en templo en honor de la Virgen. ¿Cuándo lo van a solucionar de una vez? ¿De dónde viene esta negligencia?
Por cierto: templo son las calles de Vitoria durante el rezo
del Rosario de la aurora, de siete a nueve de la mañana del día 5. Resulta increíble y quizás único ejemplo en España. Pasan de 30.000 personas las que asisten al acto. No se puede explicar este fenómeno más que en el marco de de un gran amor de la ciudad a la Virgen. ¿Cómo de lo contrario levantarse tal cantidad de personas antes de de amanecer en plenas fiestas? ¿Cómo permanecer dos largas horas en un acto religioso, en silencio o rezando, una verdadera masa humana? Y este acto se celebra todos los años sin ninguna propaganda ni en las iglesias ni en los medios de comunicación. ¡Enhorabuena, fieles de Vitoria!
Pero también aquí es preciso una apostilla a los dirigentes del acto: eviten, por favor, tanto el celebrante de la Misa como algunos de los monitores, alborotar a través de los altavoces. A ratos pueden resultar grotescos sus gritos y expresiones. Pueden parecer más barraqueros de feria que hombres de iglesia. Ojalá tengan en cuenta estas advertencias críticas. Por lo demás, enhorabuena.
José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/ Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3 Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2