Inflación espiritual

Hoy existe el peligro de inflación espiritual, si no se tiene cuidado. sobre todo entre las personas que de una u otra manera han de predicar el bien y enseñar lo bueno. Merece la pena prevenir este peligro dedicando tiempo a la oración atenta, concentrada. Muchos la descuidan, y luego se ve que hablan de memoria, como quien dice una lección.

Cada vez me estoy convenciendo más.. Tanto tener que hablar de Dios puede resbalar en el obispo, el sacerdote, en el predicador, la Palabra. Decirla de memoria, sin la convicción profunda o con la convicción del momento, como puede lograrlo un buen actor. Ojalá que sientas lo que dices como lo hacía San Pablo. De manera que puedas decir como él (más o menos así): el hablaros las mismas cosas no me es molesto y a vosotros os es necesario. (Creo que está en Filipenses.)



Tres o cuatro veces he escuchado predicar a personas santas... y se notaba. Flui algo en ellos que trascendía. No se puede hacer comedia en estos temas: de una u otra manera se descubre el fraude. Ya lo decía Cicerón, por citar un autor profano: "El pecho es lo que nos hace elucuentes". Si no... ¿qué pasó en Ars?
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