La Cuaresma nos estimula a descubrir de nuevo la misericordia de Dios.
Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica” (San Pedro Crisólogo). “Ambicionar solo amar más Dios, y aventajar solo en humildad, sufriendo con paz las humillaciones”.
Del poemario de Javier: “Quiero tu amor grande, aunque después mi corazón llore con sangre”.
En sí es oración, deseo, petición, aceptación y paz.
“Dios está en el centro de mi alma; me da paz y gozo. Irradiar fuerza y bondad”.
Mi petición al Señor varias veces por conseguir el amor de Dios, por ahí logro gran paz en mi alma.
José María Lorenzo Amelibia
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3 cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2