Jesús siempre con ilusión por los más débiles

Enfermos y Debilidad

Jesús siempre con ilusión por los más débiles

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Hace unos días me decía un amigo muy experimentado: “Creo que la mística puede salvar al mundo mucho más que los escritos científicos de teólogos y moralistas, mucho más que sermones rimbombantes”. Y creo que tiene razón. Lo sencillo, lo humilde, lo propio de experiencia religiosa de “un alma en Dios escondida”, vale mucho más, a la hora de convencer, que libros de alta Teología. Ya decía Jesús: “Gracias; Padre, porque has ocultado estos misterios a los sabios y prudentes y los has revelado a los más pequeños”. Siempre ilusión por parte de Jesús por lo más débil; por los pobres, enfermos, marginados.

 Dios comunica su luz en la oración. El Señor hace apreciar la vida eterna en la sencillez y humildad. Y, cuando Dios nos llame, nuestra capacidad de conocimiento va a ser proporcional no al talento de que hemos disfrutado en este mundo, sino a la gracia y al divino amor de cada alma. ¡Siempre la debilidad en la predilección del Divino Maestro! Dios es la santidad por esencia, y quien más participa de Dios más santidad recibe. Así de claro.

 De vez en cuando nos referimos a Teresa de Jesús. Ella en su sencillez humilde decía: “Quedome también poco miedo a la muerte, a quien siempre temía antes; ahora me parece fácil cosa para quien sirve a Dios, porque en un momento se va el alma libre de esta cárcel, y es puesta en descanso”. Llevamos muchos artículos dedicados a este asunto de la muerte, del paso a la eternidad. En una ocasión dije que era un tema tabú en nuestro siglo. No me importa. Sé que quien lea estas líneas no lo apreciará así. Escribo para todos, pero de una manera especial para almas delicadas, muy creyentes, que aman de veras a Dios e intentan amar a sus hermanos y se esfuerzan para ello. Y… ojalá llegue hasta aquí alguna persona que no cree, porque – estoy seguro – va a preguntarse muy en serio el porqué del gozo de los creyentes en mirar la muerte con tanta serenidad e incluso alegría. Y es que Jesús siempre ha tenido ilusión por los débiles. “A evangelizar a los pobres me ha enviado el Padre”.

José María Lorenzo Amelibia  

José María Lorenzo Amelibia

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