Para obispos y todos los demás. LII E S P E R A N D O L A S Ó R D E N E S S A G R A D A S

 La vida de un cristiano, sacerdote, padre y abuelo

 Testimonio humano - espiritual de un sacerdote casado.

Autobiografía.

LII

E S P E R A N D O L A S Ó R D E N E S S A G R A D A S

VOY A GUSTO al Seminario. Las circunstancias lo exigen. El penúltimo curso de la carrera, a menos de dos meses de las órdenes. Esto se acerca. No es lo mismo que en cuarto de latín, cuando todavía quedaban por delante tantos cursos. Al llegar, visité a Jesús antes que a otros, media hora con El. Le hablo del paso que me queda para mi ingreso en el clero, le pido fuerza.

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Los ordenandos

Pocos días más tarde, a Palacio. Examen de órdenes, requisito indispensable. Curioso control: traducir algo del Catecismo de San Pío V; Teología Fundamental, y Moral. Lo aprobamos todos; por eso, todos habíamos de pasar hacia la sagrada tonsura. Otro requisito: estar con el Padre Espiritual. Hace un par de años no me hubiera permitido acceder; poco a poco se han ido disipando los nubarrones sicológicos. Velasco me da el placet. Con Don José Mª Pérez comento los acontecimientos que se avecinan; recordamos los tiempos pasados; le agradezco todos sus desvelos. Poco a poco se ha ido desenredando la madeja. "Dale gracias a Dios", me decía con humildad Lerendegui. Y... ¡a escribir la instancia al Señor Arzobispo! Aquel fue un día importante. Le suplico me admita para ser clérigo la diócesis.

LOS EJERCICIOS DE ORDENES MENORES

Preparación intensa. Los ejercicios espirituales. Son canónicamente obligatorios. En mi casa orarán por mí estos días. Los dirige el Padre Zurbitu. Nunca había oído de él; tampoco después de que se marchó. Me acordaba entonces de Santa Teresa del Niño Jesús, cuando se preparaba a la primera Comunión. Y mi idea fue feliz: recortar unos papeles; cada uno es un día; en el reverso anotaré lo que hago de especial; que sirva de ofrenda al Señor para mi tonsura.

Me amó Jesús; se entregó por mí. Me cala hasta el fondo del alma. Este pensamiento hará de mí un místico, que arde arde por amor a Jesús. Mis comuniones han de ser más calientes; mis propósitos de Ejercicios, constante empeño en la mortificación; observaré este examen al menos una vez al mes; revisión completa.

SOTANA NUEVA

El Día del Domund me traen la sotana nueva; la que vestiré en la tarde de mi tonsura; de mi entrega al Señor. Me acompañará como símbolo; como nos decía aquel sacerdote: "Todas las mañanas beso con devoción el santo hábito que me ayuda y protege en las dificultades de la vida."

¡Qué disgusto! Atrasan las órdenes una semana; en lugar del 17, el 25 de noviembre. La primera Impresión fue de desagrado. Después brota una nueva ilusión, siete días para prepararnos mejor. ¡Hilaba fino!

ACADEMIA MISIONAL - PROMULGATAS

Me encomiendan los superiores un trabajo que me llena de ilusión: preparar la historia de la Academia Misional del Seminario. Miro carpetas,documentos, actas... Tomo notas, saco conclusiones, hablo con sacerdotes como Don Luis Navarro, que estuvieron muy metidos en esta empresa. Al fin elaboro y redacto unos folios, que me dejan satisfecho. En la festividad de Todos los Santos doy lectura a la ponencia. Gustó mucho. Quedó archivada para posteriores investigaciones como auténtico documento.

La solemnidad de Cristo Rey. Mis padres y hermanos asistían en Estella a la Misa mayor en la que desde el púlpito leyeron mi promulgata. De suyo no se trata de algo halagüeño. Se comunica a la feligresía el nombre de candidato a clérigo y se advierte que tienen obligación de comunicar cualquier impedimento. Tres testigos que conozcan al sujeto han de responder sobre la vida y costumbres del mismo. A pesar del matiz inquisitivo del asunto, las familias celebran fiesta en ese día. Recibí varias cartas de felicitación:Don Miguel Sola, mi familia, Conchi, el tío Lucio y otros familiares y amigos me escribirán en fechas posteriores a las solemnidades.

Recibo el manteo perfectamente doblado en una caja. Me lo pruebo; es regalo de la beca que disfruto; la prenda más elegante de la vestidura sacerdotal. Ensayamos los diversos modos de llevarlo. El día jubiloso se acerca. El Señor va a ser la porción de mi herencia dentro de unas horas. Escribía: - La ilusión de mis tiernos años y de mi juventud ya ha madurado y se convierte en realidad. Ante el señor rector hacemos juramento de permanencia en la diócesis los que hemos nacido fuera de ella para adquirir obispo propio y poder incardinarnos.

Publico en pequeñas entregas la verdadera historia de mi vida de cristiano, sacerdote, padre y abuelo. Por razones obvias son supuestos los nombres geográficos de mis lugares de adulto. A muchos puede interesar.

José María Lorenzo Amelibia


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