Lucha y angustia del sacerdote hasta la ancianidad Creo que cesará... pero tarda demasiado

Informa ASCE

Asociación de Sacerdotes Secularizados ASCE

Crítica Constructiva

Lucha y angustia del sacerdote hasta la ancianidad Creo que pronto cesará

Esperábamos que el Papa Francisco iba a abolir de una vez la ley del celibato. No lo hará ya. Es una pena que no se solucione este problema.

Cuando un sacerdote sale del seminario marcha lleno de ilusión para servir a su prójimo, para ayudarles a la salvación, para extender el Reino de Dios. Pero la tendencia sexual del hombre no ha quedado sublimada. ¡Tarea de titanes supone encauzar la fuerza de la juventud! La tristeza embarga el alma. Comprende que la vida ha de ser una lucha continua. Héroe por un día es fácil; pero hay que serlo durante toda la existencia terrenal. Ser signo de esperanza futura en un mundo que no capta el significado y duda de la autenticidad del celibato eclesiástico, nueva heroicidad.

Decía un clérigo: "El sacerdote es un hombre curioso: cada tres años se enamora tres veces; y otras tantas debe dejar correr el agua que no ha de beber." Los celos humanos surgen entonces en el corazón del ministro del Señor. Es un hombre como los demás y ha de retorcerse por dentro. Ha de renunciar a la combatividad en el terreno del sexo. Romperá su corazón y el de las jóvenes que en él se han fijado.

Cuando recién ordenado asistía a los retiros comarcales, preguntaba a sus compañeros de edad provecta: - "Supongo que con los años desaparecerá el instinto, ¿no?" - "Ay, amigo, - respondía uno - yo creo que todo desaparecerá diez años después de la muerte. Mientras tanto tendrás que aguantar."

En este sentido recuerdo a un cura viejecillo, que apenas podía arrastrarse porque las piernas no le seguían. Un amigo clérigo le animaba diciéndole: "Don X, todavía está usted fuerte." Y él, lleno de resignación viril contestaba: "Si tuviera las piernas tan vigorosas como el pene…"

Comentaba un cura a otro, ambos ancianos: “Me han operado de las dos hernias inguinales. Como consecuencia han quedado los testículos del todo atrofiados. Ahora me siento como un niño, sin tendencias, sin ninguna apetencia genital.” Y el cura que le escuchaba le decía: “¡Qué suerte tienes, qué suerte tienes” Los tres sacerdotes ancianos decían lo mismo de distinta manera! Hasta la senectud dura el problema. No pretendo generalizar en este artículo. Sí dar pistas sobre la vida íntima de un sector de hombres que lucharon por mantenerse fieles al compromiso del celibato y siguen fieles al mismo. Quedan fuera de este estudio los sacerdotes secularizados, los que están al margen de la ley celibataria y los que viven su virginidad a tope en una plena sublimación. Entran de lleno una gran mayoría, aquellos para quienes el celibato es una carga más que una liberación.

Con estas consideraciones y las que en sucesivos días seguirán, podrían nuestros superiores eclesiásticos, poner en tela de juicio la desventurada ley celibataria y cambiarla, o mejor abolirla, a medio plazo. Estúdienla, por favor.

Y por qué digo que pronto cesará? Porque todo el mundo sabe los nefastos resultados de escándalos de la pederastia, y con un clero que no esté reprimido, se pueden dar por terminados en su mayoría

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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