Obispos sed santos como Beatos Juan María De Lau, arzobispo de Arles. Francisco José De La Rochefoucauld, obispo de Beauvais

 Para los Obispos

Obispos sed santos como. Segunda parte y final BeatosJuanMaríaDeLau,arzobispodeArles.FranciscoJoséDeLaRochefoucauld,obispodeBeauvaisysuhermano, Pedro Louis,obispodeSaintes.Obisposmártires.

       +1792                          Memoria,2septiembre

lau

Obispos santos

Losacusadoscomparecíananteéldedosendos.Conambasmanos,el«juez»lespresentabasendospliegosconeljuramentoconstitucionalparaqueloprestaran;perotodoslorechazaronsinlamásmínimavacilación.Entonces,laparejadecondenadosdescendíaporlaestrechaescaleraqueconducíaalexteriory,alsalir,lamuchedumbredesaforadaloshacíapedazos.

EnelpasilloeljuezgritóelnombredelobispodeBauvais;desdeelrincóndondeyacía,inmovilizado,repuso:«Nomeniegoamorirconlosdemás,peronopuedoandar.Ruegoavuestraseñoríaquetengaabienmandarquemellevenadondedebadeir».Nopodíahabersehechounademostraciónmásclaradeaquellamonstruosainjusticiaquelaréplicabreveycortésdelobispo.Peronolesalvólavida,aunqueningunodelosverdugosseatrevióadecirpalabracuandodoshombreslecargaronenviloylollevaronanteeljuezparaquerechazaraeljuramentoconstitucional.

El beato Jacobo Galais, quien estaba a cargo de la cocina para los prisioneros, le entregó al juez trescientos veinticinco francos que le debía al carnicero, porque no quería llegar al cielo con aquella deuda. EL beato Jacobo Friteyre-Durvé, exjesuita, fue apuñalado por un vecino suyo a quien conocía desde que eran pequeños; otros tres ex jesuitas y cuatro sacerdotes seculares eran ancianos sacados de una casa de descanso en Issy para ser encerrados en la iglesia de los carmelitas; el conde de Valfon y su confesor, el beato Juan Guilleminet, murieron uno junto al otro; y así, todos perecieron hasta no quedar ninguno.

 A estos mártires se les llama «des Carmes» por el lugar donde padecieron. Ahí mismo había otras cuarenta personas, más o menos, que conservaron la vida gracias a que no fueron vistas o bien, pudieron escapar en las narices de guardias complacientes o compadecidos. Entre las víctimas se hallaba también el beato Ambrosio Agustin Chi Vreux, superior general de los benedictinos mauristas y otros dos monjes; el beato Francisco Luis Hebert, confesor de Luis XVI; tres franciscanos, catorce exjesuitas, seis vicarios generales diocesanos, treinta y ocho estudiantes o exalumnos del seminario de San Sulpicio, tres diáconos, un acólito y un hermano maestro. Los cadáveres fueron enterrados en una fosa común del cementerio de Veaugirard, aunque muchos fueron arrojados también a un pozo en el jardín de la iglesia del Carmen.

 El3deseptiembre,lahordadeasesinosirrumpióenelseminariolazaristadeSanFermín,convertidotambiénenprisión,dondesuprimeravíctimafueelbeatoPedroGuérinDuRocher,unex-jesuitadesesentaaños.Selepidióqueeligieraentreeljuramentoylamuertey,tanprontocomorehusósometersealaconstitución,fuearrojadoporlaventanamáspróximay,alcaerenelpatio,fueacribilladoapuñaladas.Suhermano,elbeatoRobertoDuRocheb,fuetambiénunadelasvíctimas,yhubootrostresex-jesuitasentrelosnoventayunclérigosquesehallabanpresosahí,deloscualessólocuatroescaparenconvida.

 El breve de la beatificación, con el registro de cada uno de los nombres de las mártires, se halla impreso en Acta Apostolicae Sedis, vol. XVIII (1926), pp. 415-425. fuente: «Vidas de los santos», Alban Butle

José María Lorenzo Amelibia

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