1- ¡Oh Adonai y Guía de la casa de Israel!, que te apareciste a Moisés en el fuego de la zarza ardiendo y le diste la ley en el monte Sinaí: ven a rescatarnos con brazo extendido.

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2.- Vendrás, Señor, y contigo todos los santos: aquel día ha brillará la gran luz. Ven a iluminarme en estas tinieblas que a veces me dominan y ofuscan en mi relación contigo.

3.- Nos has transformado, Padre, por medio de tu Hijo en nuevas criaturas, mira con amor esta obra de tus manos, y por la venida de Cristo, límpianos de las huellas del pecado.

4.- Quieres obrar en nosotros una conversión constante; haz en mí la conversión de este día, que sea de adviento, de deseo de tu venida a mi alma, de mortificación constante de mis apetencias poco racionales. Ven, Señor Jesús.

5.- Bendito a Ti, mi Dios, en todo momento. Tu alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor ; que los humildes lo escuchen y se alegre.
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