1. Todas estas cosas, en sí mismas, me son iguales;

2. Una sola cosa me interesa, la mayor gloria de Dios.

3. Un inmenso deseo de la gloria de Dios: estos sentimientos deben ser su alimento diario.
4. Después, fidelidad sencilla y constante en las cosas pequeñas. Ordenar nuestras vidas en la cuaresma.
5. Elección generosa de lo más perfecto en las circunstancias de alguna importancia.
6. Él solo el objeto de mis preocupaciones.
7. Él solo el término de mi amor, Él solo el fin de mis esfuerzos.
8. Cuanto más yo desaparezco en Él, más quedo absorbida en su gloria.
9. "Bienaventurados", dice el alma, "los muertos que mueren en el Señor."

José María Lorenzo Amelibia 

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