PRESENCIA DE DIOS Y AMOR

Espiritualidad

PRESENCIA DE DIOS Y AMOR

pres dei

Desde nuestros años de formación nos insistían mucho en el ejercicio de la presencia de Dios. Y casi hicimos rutina y por lo menos en mí no tomó hábito de profunda religiosidad. Ahora me doy cuenta de la importancia para la obra de nuestra santificación. Si lo practicamos bien, nos mantiene en clima de oración durante todo el día. Si a esto unimos las pequeñas oraciones jaculatorias, toda la jornada la pasamos prácticamente en unión con Dios.

De esta forma resulta más fácil hablar con unción cristiana o sacerdotal; nos encontramos más cerca de los problemas de otros y los sacrificios diarios, como están llenos del amor de Dios, casi ni parece sacrificio sino lógica pura.

Yo quisiera que esta presencia Divina nos haga sensibles al amor de Dios, a la oración asidua. Yo quisiera que todos los días dediquemos unos ratos fijos al trato con Dios y que gran parte del tiempo libre lo regalemos también al Señor. ¿A quién mejor? ¡Cuántas horas perdidas en conversaciones inútiles o perjudiciales! ¡Y para hablar con Dios, qué pereza! Yo quiero gustar la soledad con El. ¿Puede haber mayor gracia?

Nos quejamos, y con razón, de la falta de amistad. ¡Cuántas faenas por egoísmo! Muchas veces pasan por alto las necesidades graves de otro con tal de salir con la suya. Así son muchos falsos amigos o compañeros. Pero, ¿no nos compensa ese amor de Dios gratificante? ¿qué más da el ser despreciado, el ser marginado o ignorado, si Dios está con nosotros? ¿Por qué no pagar el mal con el bien? Y no nos harán un monumento. Igual nos llaman serviles... Pero nosotros vamos a saber de quién nos hemos fiado.

Merece la pena ser de verdad sensibles al amor de Dios ¿Te fijas en nuestra suerte? Dios nos ha premiado a los dos con este amor a El. Yo suelo decirle al Señor, ¿Qué he hecho para que te fijes en mí? Y lo compruebo: mi imitación a los santos casi se reduce al sentimiento común de la propia miseria. Y lo siento de verdad. Porque ¡cómo se derrama Dios en mi alma! Y a ti te pasa lo mismo. Porque disfrutar con la lectura espiritual es una gracia de Dios inmensa. Si observas, la gente se aburre, no lo soporta. Nosotros tenemos ese regalo del Señor. Vamos a ser agradecidos.

Cuando nos desengañamos, no iremos a "consolarnos" al Sagrario, no hace falta. Vamos a hacer un rato de oración; a ponernos en contacto con el amor de Dios. Todo desaparece enseguida.

Yo me he encontrado algunos días en angustia terrible. Me parecía alejado de Dios. Algo de pesadilla. No podemos vivir sin El. ¡Cuántas veces en mi vida (hace ya años) no he sacado tiempo para la oración y tan sólo he orado por la calle mientras caminaba! Es como si una persona enamorada (?) dijera a la otra parte: "No tengo tiempo de escucharte". En este sentido comprendo que el padre Nieto dijera a sus discípulos: Nunca dejéis la oración, dejad antes la cena. Y es verdad.

A ver si puedes perdonar esas faltas de amistad y consigues seguir ofreciendo tu amistad más generosa. Eso es bueno. Si profundizas cada vez más en el amor de Dios, aunque sientas los desprecios, no te parecerá un desastre. La gente somos así; un puro egoísmo. Y si nos superamos, no es mérito nuestro, sino de El, nuestra Ayuda.

José María Lorenzo Amelibia  

Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com  

Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/       

Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.                                           Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Volver arriba