Retiro de Cuaresma, marzo 2021 Retiro de Cuaresma:: Oración y vida cristiana

Retiro mensual

Retiro de Cuaresma Marzo 2021.- Oración y vida cristiana

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Tema: Cuaresma: Oración y vida cristiana

En cuaresma he de procurar: Mejorar en la oración, en espíritu de penitencia, y fomentar los pequeños sacrificios

 Este retiro íntegramente está redactado en frases breves para que pueda servir de oración reiterativa, frase por frase, al estilo de Jesús en la Oración del Huerto. Pensar en cada frase y repetirla en oración.  Este tipo de retiro es para practicarlo en desierto, individualmente. Puede ser muy provechoso.

1.- La oración nace del deseo de Dios, del deseo de amor, del deseo de belleza, de eternidad, de luz y de verdad, que tiene el ser humano.

La oración: «la expresión del deseo que el hombre tiene de Dios». Tomás de Aquino

Orar es acoger una Presencia amorosa.

Orar es acoger el amor de Dios. Entrar en comunión con el Amor.

Orar es “frecuentar con amistad con quien sabemos que nos ama”. Santa Teresa de Ávila.

El amor de Dios es quien nos hace orar. Es Él el que quiere orar en nosotros, a través nuestro.

Él es quien nos llama para orar.

Nuestra oración es respuesta a su llamada de amor. Llamada de amor para llenarnos de su amor.

La oración, cuando está bien hecha, nos llena también del amor de Dios. Es otra fuente de su amor. Quien ora, quien entra en relación con Cristo, entra en relación con el amor y recibe una comunicación de amor. Él nos da su amor también en la oración.

Para vivir en el amor de Dios necesitamos orar. Sin oración no hay vida en el Espíritu, no hay vida en el amor de Dios.

Gracias a la oración, gracias al trato con quien sabemos que nos ama, entramos en relación con el Amor y nos llenamos también de Él.

2.- La oración es encuentro de amor con Cristo y con su Espíritu, presente en la Palabra inspirada.

El encuentro especial con el amor de Dios acontece en los salmos.

El Señor Jesucristo oró en su vida terrena con los salmos, se dirigió al Padre con ellos. Por eso al rezar los salmos el cristiano ora al Padre en Cristo y con Cristo.

Jesús ha sabido expresar sus sentimientos más profundos y su vida entera al Padre con los salmos.

Orar con los salmos es asociarnos a la gran voz de Cristo, a la voz de su Iglesia y a la voz de toda la humanidad. Nunca se está solo cuando se ora con los salmos.

Los salmos son poemas inspirados, llenos de la fuerza del Espíritu Santo y llenos del amor de Dios.  

3.- Nuestra vida cristiana ha de tener el objetivo de vivir en oración continua, en un estado permanente de unión con Dios, de vida en comunión con Él, en su amor.

Vivir en un estado de contemplación permanente. Vivir permanentemente contemplando el amor de Dios en nosotros.

 “Él es quien quiere y establece un diálogo con nosotros, es él quien viene, busca, llama, interpela al hombre, pidiéndole sencillamente ser escuchado y acogido.

Dios que nos amó primero (1 Jn 4,19) habla e inicia el diálogo.

El hombre, frente a esta auto revelación de Dios en la historia, re-acciona en la fe a través de la bendición,/ la alabanza, la acción de gracias,/ la adoración, la petición, /la confesión del propio pecado…

Reacciona a través de la oración, que es siempre respuesta a Dios, encaminada hacia el amor a Él y a los hermanos.

4.- La oración es respuesta; lo sustancial es la relación con Dios; su fin es el ágape, la caridad, el amor. La oración es una apertura a la comunión con Dios y, por tanto, al amor, porque «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16) 

El sujeto agente es Dios mismo, el cual, derramando en nuestra oración su amor, lo difunde en el mundo a través de nosotros, constituidos amantes”.

 “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y cantad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5,19-20).

5.- En mi oración escucho y acojo la llamada de Dios a orar, a estar con Él, a recibir de Él.

Siento que recibo el amor de Dios tras la oración comunitaria y personal.

Contemplo que la necesito, que necesito responder a su llamada a la oración.

Vivo mi relación con la Palabra de Dios, con los salmos.

La persona que está  a mi lado y que ha recibido el amor de Dios, que vive en Él, que está llena de él, se convierte en muchas ocasiones en fuente del amor de Dios para mí.  

Yo recibo el amor de Dios a través de ella. Esta persona es fuente de irradiación del amor y de la vida de Cristo.

Si está llena del amor de Dios, éste se rebosa en ella y me llega a mí a través de ella. La vida y el amor de Cristo me llegan a mí a través de ella en muchas ocasiones.

Tomo  conciencia de que yo también puedo ser por la gracia de Dios, fuente del amor de Dios para muchas personas.

Tengo una hermosa misión, ser instrumento del amor de Dios, ser vehículo de transmisión del amor de Dios. Tengo una responsabilidad hermosa.

6.- Me percato de que la Iglesia tiene corazón y de que este corazón se halla abrasado de amor. 

Mi vocación es el amor. Sí, en verdad, he encontrado mi puesto exacto en la Iglesia: este puesto tú me los has dado, Dios mío.

En el corazón de la Iglesia yo he de ser el amor, y con el amor lo seré todo” (De la autobiografía de Santa Teresa de Lisieux):

7.-  “Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles; pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.

Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber, y si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.

Y si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; y si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.

El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia; no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta;

no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca” (1 Cor 13, 1-8a).Me doy cuenta de mi responsabilidad de ser fuente del amor de Dios para los demás.

Siento estar habitado por el amor de Dios para poder ser fuente para mis hermanos.

Examen práctico

¿Pido a Dios todos los días el don de la oración?

          - ¿Cuánto rato hago de oración cada día?

          - ¿Procuro durante la jornada acordarme de Dios?

          - ¿Influye en mí la oración durante el día?

          - ¿Acorto la oración cuando estoy seco?

          - ¿Cómo hago la oración?

          - ¿Cómo comienzo mi oración para evitar distracciones?

          - ¿Preparo mi oración?

          - ¿Tiene relación la oración con la lectura espiritual?

          - ¿Qué propósito hago ahora para mejorar mi oración?

          - ¿Pido todos los días al Señor el don de oración?

          - ¿Tomo muy en serio la oración?

- ¿Me doy cuenta de que no basta con el amor al prójimo y hacer algo por los demás? (La oración influirá en mi vida.)

José  María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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