Los ateos y nuestro testimonio

Crítica Constructiva

Los ateos y nuestro testimonio

atesos

A lo largo de mi vida me ha tocado conversar en numerosas ocasiones con personas que se denominaban a sí mismas ateas. Que no creían en Dios. He podido observar que la mayoría de ellos no eran ateos puros científicos: más bien agnósticos; convencidos de que con total certeza no se puede demostrar la existencia de Dios, aunque tampoco negarla. Por otra parte, proclamaban unas fuerzas tales en la Naturaleza que, de una u otra manera, podía deducirse que esas fuerzas tenían verdaderos atributos divinos.

Durante muchos años de mi vida he pensado que para creer en la existencia de Dios no hacía falta la fe: ¡la veía yo tan evidente! Pero con el paso del tiempo me voy dando cuenta de que no todos lo ven con tanta claridad. Incluso he leído en libros de Teología que para creer en Dios hace falta fe; y, como la fe es un don de la gracia, necesitamos esta ayuda divina para creer en un Dios Creador y Remunerador.

¿Mi pensamiento ante estos hechos? Dentro de los ateos he observado corrección y respeto hacia los creyentes en casi todos; algunos nos decían ignorantes y cosas peores a cuantos creíamos.

Otros ateos han optado por esta opción al no poder dar solución al problema del mal en el mundo. Algunos se empeñan en investigar de modo racional y científico la existencia de Dios; mientras tanto se niegan a admitirla o se abstienen. Sufren y siguen en su investigación. Hacen poco o ningún caso a los consejos que podemos darles los creyentes: que oren a ese “Dios desconocido, si existe”, para que les dé el don de la fe. Porque en el fondo se dan cuenta de que los creyentes somos más felices.

¿Qué pensar de los ateos? Creo que dentro de esta denominación hay de todo: con buena voluntad, con voluntad diabólica, gente honesta que intenta buscar, escandalizados por el mal comportamiento de la Institución Eclesial y de los que ostentan el poder en otras religiones... De todo… Conozco ateos muy honestos que desean buscar a Dios, si es que existe, porque ellos no llegan a convencerse de su existencia. Pero – creo yo – todo ateo de buena voluntad ha de estar abierto a la posibilidad de la fe y de la revelación. Estoy seguro de que a quienes se muestran abiertos y con cierta humildad, Dios les ha de dar el don de la fe. Y ellos entonces son libres para acogerla o rechazarla.

Y me preocupa de verdad la falta de testimonio por parte de bastantes creyentes; la falta de acogida; el desprecio hacia quienes no tienen el don de la fe. Eso es muy grave. La Historia de la Iglesia con la Inquisición y otras aberraciones institucionales, flaco favor hace en los tiempos modernos para que se pueda abrazar nuestra fe. ¡Y menos mal que de vez en cuando los papas piden perdón por actuaciones de antiguos eclesiales! Creo que es lo mínimo que se puede hacer.

Por fin: oremos al Señor por ateos y agnósticos y vamos a tratarles con amor: son dignos de nuestro aprecio y respeto.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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