En unas bodas de oro

Recuerdos prácticos

En unas bodas de oro

free

Freepic

MONICIÓN DE ENTRADA

            Estamos aquí reunidos para celebrar un gran acontecimiento familiar: las bodas de oro de mis padres, de vuestros familiares y amigos.

            Cincuenta años: ¡Se dice pronto!, pero cuánta agua ha corrido por el río desde entonces. ¡Y cómo ha derramado Dios su gracia en este medio siglo sobre Donato y Pilar!

Papá y mamá: aquí estamos todos junto a vosotros, junto al Señor, junto a la Virgen del Pilar, testigos de aquella vuestra promesa de unión de por vida.

            Que sirva este acto no sólo de homenaje a vosotros; pero, sobre todo, que sea el agradecimiento a Dios por tantas cosas buenas recibidas de Él, a lo largo de este medio siglo.

Recibe, Señor, nuestra oración como testimonio de gratitud.

            De gran alegría nos sirve tener junto a nosotros en este entrañable encuentro a Don José María Larrauri, nuestro Obispo. Agradecemos su presencia de amigo bueno y fiel de nuestro padre. Que el Señor reciba de vuestras manos este sacrificio eucarístico, para alabanza del Padre, porque se dignó mantener unidos en vida matrimonial a estos esposos y en amistad con su obispo.

            Acoge, Señor nuestra oración.

OFERTORIO

ORACIÓN DE LOS FIELES

            En este día gozoso de las bodas de oro de Donato y Pilar, acoge Señor, nuestra oración.

            - Por la Santa Iglesia de Dios para que se extienda y propague por todo el mundo por medio del matrimonio cristiano, roguemos al Señor...

            - Por Donato y Pilar, para que los bendigas hoy y los conserves en tu fe, esperanza y amor hasta el último momento de su existencia terrena, roguemos al Señor...

            - Por cuantos estamos aquí reunidos, para que bendigas siempre nuestra amistad y nos guíes en la fe por medio de esta "Columna Luminosa", la Virgen del Pilar, roguemos al Señor.

ANTES DE LA COMUNIÓN

            Jesús ha conservado en unidad y amor a nuestros padres en unidad y amor durante cincuenta años. Que El nos conceda hoy a todos vivir en amistad y armonía.

FINAL

Virgen del Pilar, junto a tu altar hemos disfrutado en esta

Eucaristía de bodas de oro. Presenta a tu Hijo todas nuestras aspiraciones y ruegos, y consérvanos siempre en unidad y amor.

Este acto nos servirá de recuerdo de que Dios es bueno para quienes le aman y nos animará a confiar siempre en El.

            "Tomad, Virgen pura, nuestros corazones. No nos abandones jamás, jamás."

            Querido amigo Juan y esposa: me dice Paco que cumplís vuestras bodas de Oro de matrimonio, recibid mi felicitación:

            Cincuenta años: ¡Se dice pronto!, pero cuánta agua ha corrido por el río desde entonces. ¡Y cómo ha derramado Dios su gracia en este medio siglo sobre vuestro matrimonio! Os reunís junto al Altar con vuestros hijos y nietos y algunos pocos familiares y amigos. Junto al Señor, junto a la Virgen del Loreto, junto a un sacerdote que no es el que os casó, pero que de verdad os quiere. Quedáis vosotros de los de “aquel día de boda”. ¿Queda alguno más?

            Que sea vuestra promesa de hoy, reiterada después de medio siglo, no sólo un homenaje a vuestra fidelidad; sino, sobre todo, el agradecimiento a Dios por tantas cosas buenas recibidas de Él, a lo largo de vuestro caminar. Decid con fervor: “Recibe, Señor, nuestra oración como testimonio de gratitud”.

            Que el Señor reciba de vuestras manos, unidas a las del sacerdote Don Francisco, el sacrificio eucarístico, para alabanza del Padre, porque se dignó manteneros fieles en vida matrimonial y en amistad y en amor continuo con vuestros hijos y nietos.

            Medio siglo es mucho tiempo para los humanos. Lo llamamos bodas de oro. “Medio siglo resulta escaso para amarte”, os diréis el esposo y la esposa mutuamente. Y decídselo también al Señor que es fuente de amor.  Señor: ¡Necesitamos la eternidad para amarnos y para AMARTE!

            Que os digáis también: Alegrarme en la unión contigo sería poco decir. ¡Ha sido y es tu compañía horno de amor humano; nido de descanso; refugio del caminante; medicina del enfermo; signo del gran Amor que Dios nos tiene; fuente de vida eterna!

            Y sobre todo que le podáis juntos decir nuestro Padre común: ¡Cuántos años, ¡Señor, son la historia de nuestro amor contigo! Tú eres nuestra esperanza hasta la posesión eterna.

            La Virgen María, que tanto sabe de amor, adorne vuestras almas para la celebración de este día santo y gozoso.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Volver arriba