No caigas en la desesperación

Enfermos y debilidad

No caigas en la desesperación

Se pasa en la vida por momentos duros; incluso con frecuencia vemos la muerte como solución de todo. Por higiene mental, por honestidad, por valentía, hemos de rehusar siempre los pensamientos siniestros. A nada conducen. Es posible que dentro de un año tal vez ni siquiera recuerdes la desesperación de hoy. Hemos de superarnos.

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Arriba el corazón...

En sendas ocasiones me ha tocado ayudar a dos compañeros que se dirigían al suicidio. Los dos, pasado el tiempo, me daban gracias porque les ayudé a seguir viviendo. Las tormentas siempre pasan. Nadie es ajeno a sentir movimientos autodestructivos. Si llegan situaciones de tal adversidad, hemos de acudir a cualquier método para salir de del atolladero. Un compañero, cuando se encontraba así, veía la película “Qué bello es vivir”, y se le pasaba la sensación de angustia.

Pocos conocen detalles de una mujer santa, la Beata Juliana de Norwich; fue una gran mística, pero pasó por momentos de mucha angustia; la desesperación quería hacer presa en su espíritu. Ella misma recuerda que de niña llegó a pedir a Dios la muerte temprana. Le asustaba la existencia terrena; se sentía sin fuerza. Pero aguantó el vendaval y continuó confiada la existencia que Dios le había regalado. ¡Es un gran don la vida!  Cuando le venía la racha de mal humor profundo repetía una frase que se hizo en ella proverbial: “Todo estará bien, todo tipo de cosas estarán bien”.  Y esta es la realidad; la vida se desenvuelve con baches y quebradizos, pero también aparecen los días radiantes de sol, la primavera risueña, las personas buenas. Es necesario confiar.

Nuestro tiempo está lleno de injusticias, guerras, egoísmos, ambiciones. Lo decimos ahora, y eso mismo afirmaban hace mil años, cuando auguraban el fin del mundo. Pero también observamos hoy adelantos para el bien de la Sociedad, y esto nos hace que contemplemos con mirada más risueña el porvenir. Con mi actitud positiva y generosa estoy contribuyendo a un mundo mejor. Si vuelve el temor y la angustia a mi memoria, he de repetir con insistencia y paz: “Todo irá mejor; confío en mi Señor”.

  • José María Lorenzo Amelibia                                        
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  • Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
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